La CEOE media en el pleito entre las patronales vascas

La plana mayor de la CEOE, con su presidente, Carlos Ferrer Salat, a la cabeza, estuvo ayer en Bilbao. La presentación a los empresarios vascos de la propuesta de medidas contra el paro recientemente elaborada por la Confederación fue el motivo oficial de la visita y tema casi monográfico de la conferencia de Prensa ofrecida por Ferrer Salat, que estuvo acompañado por José María Cuevas, Carlos Pérez de Bricio, José Antonio Segurado, Alfredo Molina y Luis Olarra. Pero más allá de ese motivo, la presencia de la cúpula de la gran patronal en Bilbao está probablemente determinada por el intento de mediar en el pleito que divide desde hace más de un año a dos sectores claramente enfrentados en el seno del empresariado vasco.De hecho, presidente y secretario general de la CEOE se entrevistaron a media tarde de ayer con los principales dirigentes de la Federación de Empresarios del Metal de Vizcaya, importante sector de la patronal vasca caracterizado tanto por su proximidad política al PNV como por su oposición radical a la línea representada por Luis Olarra. Este último, presidente de la Confederación General de Empresarios de Vizcaya, consiguió recientemente adelantarse por la mano a los planes de Juan Antonio Arcelay, líder del sector más próximo al PNV, que intentaba hacer valer el pe so de la Federación del Metal para recortar los poderes de Olarra. Ese intento estaba a su vez relacionado, según todas las apariencias, con las aspiraciones del sector nacionalista de crear una confederación vasca de empresarios -junto con las patronales Adegui y SEA, de Guipúzcoa y Alava, respectivamente-, que conservaría un amplio nivel de autonomía respecto a la CEOE.

Actualmente nadie, tampoco Olarra, se opone frontalmente a la existencia de una patronal vasca con un cierto nivel de autonomía. Especialmente tras la victoria en las últimas elecciones sindicales de la central nacionalista ELA-STV, partidaria de la negociación colectiva a escala de comunidad autónoma. El desacuerdo surge a la hora de determinar el grado de autonomía que cada sector propugna en caso de integración (u otra forma de asociación) a la CEOE. Pero, sobre todo, Olarra, argumentando el mayor peso industrial de Vizcaya en el conjunto de Euskadi, está en desacuerdo con el sistema de representación par¡taria de las patronales provinciales propugnado por el sector nacionalista.

Hace un año la tendencia dominante parecía ser la del progresivo desplazamiento de Olarra. Sin embargo, tanto las circunstancias políticas posteriores al 23 de febrero como el prestigio logrado por el ex senador real (en los medios patronales) a raíz de su enfrentamiento, a la postre con éxito, con los sectores más radicales del sindicalismo vasco, parecen haber reforzado su posición. Tanto, que hace menos de un mes rechazó de plano una oferta de acuerdo lanzada por la Federación del Metal. De ahí, probablemente, la mediación intentada ayer por el equipo de Ferrer Salat. Mediación que, por otra parte, parece tanto más complicada teniendo en cuenta que, por distintos motivos, ambas partes se sienten en posición de fuerza.