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El desbloqueo de las negociaciones España-CEE, pendiente de la voluntad política de los Gobiernos comunitarios

Lorenzo Natali, vicepresidente de la Comisión Europea encargado de la segunda ampliación de la CEE, presidirá hoy, en Madrid la inauguración de la Oficina de Información que las Comunidades Europeas han abierto en España. Durante su estancia en la capital hispana, el comisario Natali debatirá con el presidente Calvo Sotelo y con miembros de su gabinete el difícil momento que atraviesan las negociaciones para la adhesión de España a la CEE, sumidas en una parálisis casi total en sus capítulos claves a causa de la situación interna de Francia, de las reformas en curso agrícola y presupuestaria y, muy posiblemente también, con motivo de la inestabilidad española.

En el curso de los próximos tres meses, los jefes de Estado y de Gobierno de las Comunidades Europeas deberán decidir, definitivamente, si reaniman o bloquean el proceso de integración de España en la CEE. España espera que, para el mes de septiembre, en el otoño entrante como mucho, el Consejo Europeo o el consejo de ministros de las Comunidades decida dar luz verde a la reapertura de la negociación en sus capítulos clave, como lo son la agricultura -aún por desgranarse en la mesa negociadora-, la pesca y otros aspectos pendientes de sanción y de su equilibrio con los anteriores, como la libre circulación de trabajadores y el desarme industrial hispano, entre otras cosas.Si en el próximo otoño la negociación permanece bloqueada, el Gobierno de Madrid y las fuerzas políticas representadas en el Parlamento (así como el sector empresarial y social, que verá afectada su planificación a medio y largo plazo) deberán replantearse de manera radical su política de acercamiento a la Europa comunitaria. Por el momento, Gobierno y oposición se esfuerzan en presionar a los Gobiernos y dirigentes europeos en favor de la reapertura y puesta en marcha de un proceso que en Madrid se considera imprescindible, en las circunstancias actuales, para provocar la consolidación del proceso democrático español en el ámbito comunitario.

Hasta el momento, el argumento oficial para el bloqueo de las negociaciones lo fue la decisión comunitaria de reformar sus políticas internas agrícola y presupuestaria. Hasta que ambas reestructuraciones no queden sancionadas o perfiladas no se podrá negociar con España y Portugal, se dijo en la primavera del pasado año. El argumento político mayor lo eran las elecciones presidenciales francesas, ya que la negociación hispana estaba en la campaña electoral.

Ahora, las reformas intracomunitarias de agricultura y financiación están a punto de ser sancionadas por la Comisión Europea y muy probablemente quedarán a disposición del consejo de ministros de la CEE en la fecha prevista, es decir, antes del 30 de junio próximo. Falta que el Consejo Europeo (cumbre de jefes de Estado y de Gobierno) o, en su defecto, el consejo de ministros, empiecen a debatir las propuestas de la comisión y, sobre su base, aceptar la reapertura de la negocaicón con España de manera paralela a la discusión interna de la CEE. Aquí se verá cuál es la voluntad política de las comunidades frente a España, porque ya no habrá excusas oficiales ni electorales, ya que los comicios legislativos de Francia deberán quedar sancionados para antes del mes de agosto.

De momento, el Consejo Europeo tiene una inmediata oportunidad de demostrar esta voluntad política -aunque estén pendientes las elecciones legislativas francesas- durante su próxima reunión de los días 29 y 30 de junio en Luxemburgo, primera oportunidad en la que el presidente François Mitterrand se reunirá con sus colegas comunitarios. De entrada, se teme que, en esta convocatoria París rehuya el debate hispano e incluso el intracomunitario, a la espera de conseguir una mayoría parlamentaria en la Asamblea francesa. Este puede ser el primer síntoma de la prolongación de la parálisis.

Democracia amenazada

Luego está el tema de la inestabilidad democrática española. ¿Puede la CEE introducir en su territorio a un país con democracia amenazada o vigilada? Esta interrogante circula en los medios políticos europeos, aunque nunca aflora en las públicas manifestaciones de los responsables del poder ejecutivo. Hasta el momento, en España se ha valorado siempre la declaración del Parlamento Europeo tras la intentona militar del día 23 de febrero pidiendo la aceleración de las ne gociaciones y la posterior decla ración del Consejo de Ministros solicitando la intensificación de las negociaciones. Buenas palabras que el Parlamento, por boca de su presidenta, Simone Veil, y la Comisión, a través del comisario Natali, repetirán en Madrid desde sus respectivas responsabi lidades y, de seguro, con sinceridad, aunque en ambos casos pendientes del poder ejecutivo comunitario.

Desde luego, la posición fran cesa es pieza clave. Mitterrand es una incógnita. Hasta ahora, el nuevo presidente había declarado su posición política favorable al ingreso de España en la CEE, aunque con cuatro condiciones en la negociación relativas a los capítulos agrícola, industrial, pesquero y regional. Mitterrand necesita, de todas maneras, una mayoría en la Asamblea de su país, aunque sólo sea para ratificar los tratados.

De momento cuenta con la ayuda del ex comisario europeo Claude Cheysson, actual ministro francés de Asuntos Exteriores. Cheysson fue siempre un amigo de los demócratas españoles. Se recuerda su firme y comprometida actitud en la Comisión Europea contra la- política franquista y sus últimas gestiones represivas. Fue un declarado partidario del ingreso de la España democrática en la CEE, conoce muy bien el caso español, y desde su antiguo puesto comunitario sólo se mostró preocupado por la incidencia del ingreso de España en la política mediterránea de la Comunidad que él dirigía. Ahora, Cheysson tierie una magnífica oportunidad de ser consecuente con su actitud favorable a la España democrática.

Lo que queda de la negociación

Hasta el momento, los negociadores hispano-comunitarios han realizado progresos importantes en las negociaciones de adhesión, aunque los capítulos clave queden por abrir. Es así que están a punto de conclusiones los apartados relativos a los movimientos de capitales, política regional, economía y finanzas, derecho de establecimiento y prestación de servicios, transportes y armonización de legislaciones.

Quedan cuestiones pendientes en otros sectores. Por ejemplo: calendario de desarme industrial, monopolios y situaciones de Canarias, Ceuta y Melilla, etc.

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