Bertolucci, contra el chantaje del éxito
«He querido huir con La tragedia de un hombre ridículo de repetir mi misma fórmula estética», nos decía Bertolucci defendiéndose de la decepción producida por esta película. «El éxito es un chantaje que te obliga a repetir siempre la misma obra, ya que el público y la crítica a la que hayas interesado quiere ver siempre lo mismo. La única defensa frente a ese chantaje es plantearte cada película como si fuera la primera, con todo su riesgo. Yo no creo en la necesidad imperiosa de que un director de cine tenga que hacer dinero con una película. Más bien es lo contrario. Tiene que mover dinero para rodarla, pero no rodarla para mover dinero».«En todo caso», añadió el realizador italiano, «el éxito es bueno porque significa que la gente ha ido a ver tu trabajo. Espero que en esta ocasión también lo hagan, como espero que quienes han amado mi cine lo amen también ahora. Un cine en el que continúo algunos de mis temas preferidos, pero tratándolos de una manera distinta».
«Quienes han visto La tragedia de un hombre ridículo como si se tratara de un thriller, de una película de género, y echan de menos al final una explicación racional y acabada de cuanto ocurre en la película, les remito a la realidad italiana, donde nunca se explica nada, donde todo queda también, como en la película, confuso».
Las referencias al éxito por parte del realizador italiano tienen como último punto de partida la polémica en tomo a la continuación de la carrera del autor de El último tango en París y Novecento, con especial referencia a La luna.
Babelia
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