La policía asegura que el jefe del comando tiene antecedentes como atracador y anarquista
En una conferencia de Prensa presidida por el delegado general del Gobierno en Cataluña, Juan José Rovira Tarazona, el jefe superior de Policía de Barcelona, Enrique Mosquera, manifestó que el comando que había asaltado el Banco Central de Barcelona estaba formado únicamente por once personas. Confirmó que la afiliación del muerto es José Sánchez Martínez, de 38 años de edad, obrero del sector textil, residente en Tarrasa y natural de Alhama de Granada.Enrique Mosquera precisó que el jefe del comando -el llamado número uno- era José Juan Martínez Gómez, nacido en el año 1956 en Almería. Según la fuente, poseía antecedentes policiales por «atracador y anarquista».
La misma fuente indicó que al comando se le había intervenido únicamente una metralleta Stein y diez pistolas de diverso calibre, en algunos casos muy poco corriente en España. Ninguna pistola era del calibre 9 largo.
Los responsables de la conferencia de Prensa evitaron en todo momento dar un contenido político al asalto, apuntando la posibilidad de que el móvil, que no llegaron a precisar, fuera apoderarse del dinero depositado en el banco.
Asistía a la conferencia de Prensa el director general de la Guardia Civil, general Aramburu Topete; el teniente coronel Manuel Llaneres, antiguo responsable de la seguridad del general Franco y alto cargo de los servicios de información de la Guardia Civil; el director general de la Policía, Fernández Dopico, y el gobernador civil de Barcelona. El general Aramburu Topete destacó que «el mayor éxito de esta operación es poder desmentir que la Guardia Civil haya participado (en los hechos). Su participación ha sido la de la lealtad y la del servicio a la patria».
La versión oficial causó un gran escepticismo entre los periodistas asistentes. Uno de ellos. se refirió a este escepticismo y preguntó que si el mismo sentimiento llegaba al Parlamento y era designada una comisión investigadora ésta podría disponer de las cintas en las que aparecen conversaciones, en un lenguaje muy específicamente castrense, entre altos mandos de la Guardia Civil y algunos de los asaltantes. Rovira Tarazona manifestó que estas cintas quedaban depositadas en manos de la policía barcelonesa, la cual llevaría a cabo los interrogatorios de los detenidos conjuntamente con la Guardia Civil
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