El "compló masón" de Italia
EL ESCÁNDALO de la logia masónica italiana Propaganda 2, desde la que se supone que se preparaba un golpe de Estado, tiene por ahora mucho más de truculento y de misterioso que de cualquier otra cosa. Hay muchos puntos oscuros en las informaciones producidas hasta ahora. En primer lugar, no se esclarece si la presunta intención golpista dentro de la logia alcanzaba a todos los hermanos cuya lista se ha facilitado o no. En segundo lugar, no se alcanza claramente la relación de esta actividad delictiva («presunta asociación de delincuentes» es la figura sobre la que ha de trabajar la Magistratura) con la del presidente del Banco Ambrosiano, Roberto Calvi, acusado de evasión de capitales -treinta millones de liras-; cuáles son las relaciones de éste con la Mafia, que parece haberle protegido, y, en último caso, cuál podría ser la relación de la Mafia con la masonería en general, con la logia incriminada concretamente o con el supuesto golpe de Estado.Es, al mismo tiempo, poco concebible que un intento de golpe en el que están complicados una gran parte de los generales -entre ellos el jefe del Estado Mayor de la Defensa y el jefe de protocolo de la Presidencia de la República-, tres ministros, siete grandes banqueros, un número elevado de periodistas y de funcionarios no se hubiera producido ya. Tendrían los complicados el suficiente poder en sus manos como para intentarlo con algún éxito en un país debilitado políticamente, y donde las intenciones de los golpistas, según parece de las informaciones, sería la de restringir el uso de las libertades garantizadas por la Constitución, en lo que podrían encontrar algún apoyo en una población que acaba de votar algunas medidas duras en, el referéndum múltiple del domingo-lunes.
A menos que se tratara de uno de esos golpes invisibles y lentos que van siendo de tan siniestra moda y que podrían representar una tentación. latina: la ocupación de resortes de poder, la opresión calculada y medida sobre los pretextos verosímiles de una situación crítica, pero inverosímiles cuando se buscan soluciones reales a esa crisis y lo que se aplican son reducciones a la democracia.
Algo que no hay que descartar de ninguna manera es una maniobra de contrapropaganda. Es decir, la forma de acusar a importantes figuras de la política y de la vida nacional de pertenecer a una asociación más o menos secreta que les pone al servicio de intereses que no son aquellos para los que han sido elegidos o convocados en el uso de sus cargos. No hay que olvidar que en un país de fuerte influencia eclesiástica y católica como lo es Italia la masonería tiene una propaganda negativa muy fuerte, y hay una impregnación popular de desconfianza y de culpabilización sobre los masones; y que el fascismo la prohibió tan pronto como tuvo poder (en 1925) y persiguió a sus miembros, cuyas listas obtuvo. La implicación de miembros del Gobierno, el Ejército y la banca, no sólo con la masonería, sino con un golpe de Estado organizado desde ella, puede ser un elemento calculado para provocar una auténtica crisis de Estado; sobre todo si se llega a mezclar con la evasión de capitales y con la Mafia.
Toda prudencia indica que hay que esperar que las informaciones se desbrocen y que se llegue a hechos concretos para poderse pronunciar sobre este gravísimo asunto. Pero cabe también que nunca quede suficientemente aclarado, y que el escándalo se sume a la situación de malestar -real y prefabricado- que crece cada día.
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