"Minicumbre" de la OUA para intentar zanjar la crisis de Chad
La cumbre restringida de la Organización para la Unidad Africana (OUA) sobre la situación en Chad, que debió celebrarse el lunes pasado en Yamena, se celebrará hoy, al haber aceptado el jefe del Estado libio, Muamar el Gadafi, desplazarse a la capital chadiana.
El jefe del Estado sierraleonés y presidente en ejercicio de la OUA, Siaka Stevens, declaró en Freetown, a su regreso de Libia, que el coronel Moamar el Gadafi había aceptado tomar parte, a partir de hoy, en esta mini cumbre sobre Chad, que debe sentar en una misma mesa, junto a Siaka Stevens, al presidente nigeriano Shehu Shagari, a Gadafi, al presidente argelino, Chadli Benjedid; al presidente de Togo, Gnassingbe Eyadema, y a los miembros del Gobierno de Unión Nacional Transitorio de Chad (GUNT).Uno de los objetivos principales del encuentro es la constitución de una fuerza interafricana que sustituya a las tropas libias. El presidente Siaka Stevens, en su declaración aludida, formulada en Freetown, añadió que «las tropas libias deben ante todo retirarse de Chad y, si quieren regresar, deben esperar que los chadianos escojan a su propio Gobierno, mediante unas elecciones que supervise la OUA».
La reunión que se debe iniciar hoy sustituye a dos anteriores fallidas debido a la negativa del coronel Gadafi de asistir a ellas. La primera de ellas, convocada sin éxito para primeros de febrero pasado en Yamena, debió confrontar al presidente del GUNT, Gukkuni Uedei, a Moamar el Gadafi y al presidente de Nigeria, Shehu Shagari. La segunda fracasada fue convocada para el pasado 10 de abril, en Lagos, por seis jefes de Estado africanos.
Esta última reunión era importante, pues precisamente el 10 de abril último expiraba el mandato del GUNT, mandato que le había sido conferido por la primera reunión de Lagos sobre Chad. Desde el Cairo, el jefe de las fuerzas rebeldes que combaten al GUNT en el este del país, Hissene Habre, reclama precisamente la desautorización del GUNT por este motivo.
Presencia libia
Como la guerra de Líbano, el conflicto original de Chad ya no depende de sus protagonistas originales. En las últimas semanas, las apuestas están divididas sobre si declina la influencia de Libia en el país o, como afirman otros, éste, por el contrario, se refuerza.La realidad es que unos 12.000 soldados libios siguen controlando principalmente las regiones del norte de Chad, de Abeche, Ati, Biltine y Mongo. Aunque el coronel Gadafi había asegurado, la semana pasada, que sus tropas se retirarían gradualmente de Chad, un portavoz del Departamento de Estado norteamericano, que cada vez se muestra más directamente interesado en la evolución de la situación de Chad, afirmaba el martes pasado que no existe ninguna evidencia que demuestre que las tropas libias se estén retirando.
El Departamento de Estado también desmintió acusaciones que habían aparecido en varios periódicos norteamericanos sobre un supuesto plan estadounidense para derrocar al jefe del Estado libio, coronel Gadafi.
Desde principios de mayo, sin embargo, la presencia de las tropas libias, que intervinieron en varias ocasiones en ayuda de los combatientes del ministro de Asuntos Exteriores y partidario de Libia Ahmat Acyl, contra hombres del propio presidente del GUNT, Gukkuni Uedei, han sido llamadas al orden por este último, quien dispuso, hasta ahora sin haber logrado que sus disposiciones sean obedecidas, que el estado mayor de las tropas libias en Yamena se someta a la autoridad del GUNT y no lleve a cabo ninguna acción sin el consentimiento de éste.
En algunas capitales africanas, como Rabat, se espera que el nuevo presidente socialista francés, François Mitterrand, que había criticado varias veces en el pasado la intervención militar libia en Chad, sobre todo a causa de las enormes inquietudes que ésta despierta en los países fronterizos francófonos, decida cortar los suministros militares a Libia.
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