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Tribuna
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No estamos indefensos

El día 1 de mayo falleció, cuando era trasladado á un centro sanitario de Madrid, un niño de ocho años con un cuadro febril e insuficiencia respiratoria; otros cinco hermanos fueron ingresados con un cuadro semejante, aunque menos grave, Esta familia residía en Torrejón de Ardoz. Al día siguiente, dos hermanos de una familia que habitaba en el mismo edificio fueron atendidos también en nuestros centros hospitalarios; ambos mostraban una sintomatología comparable con la de los casos citados anteriormente.Esta concentración en el tiempo, y el lugar de casos de una enfermedad con síntomas de infección y afectación respiratoria, motivó inmediatamente la puesta en marcha de un sistema de vigilancia sanitaria en sus aspectos clínicos, epidemiológicos, de laboratorio y saneamiento ambiental. La enfermedad fue caracterizada como una neumonía atípica, proceso que consiste en una infección de las vías respiratorias producida por distintos agentes (bacterias, micoplasmas, virus, etcétera) y que tiene la particularidad de que el examen radiográfico demuestra la afectación pulmonar con mucha mayor claridad que la exploración clínica (auscultación, percusión, etcétera).

Se inició el estudio de muestras de la enferma y del fallecido para tratar de caracterizar al agente productor, y se efectuó una amplia encuesta epidemiológica buscando encontrar los factores que hubieran podido influir en la aparición de estos casos. Mientras tanto, el tratamiento administrado a los primeros casos mostró la evolución favorable de éstos.

La localización inicial de las dos familias en Torrejón parecía indicar la influencia de factores ambientales. Pronto, sin embargo, esta impresión se desvaneció al tener conocimiento de la aparición de nuevos casos en otras zonas periféricas de Madrid.

A la vista de esta situación, esta Secretaría de Estado constituyó el sábado un amplio equipo de trabajo, en el que junto a los directores generales de la Secretaría de Estado se integraron los directores de los hospitales de Madrid, los jefes de, servicio de laboratorios hospitalarios y, Centro Nacional de Microbiología, así como la Técnica de Salud Pública y Servicio Especial de Urgencia. A lo largo de todo el fin de semana se trabajó en cuatro grupos, que centraron su actividad en torno a los siguientes aspectos:

1. Características técnicas de los casos.

2. Investigación epidemiológica.

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3. Estudio de laboratorio.

4. Sanidad ambiental.

El intercambio de opiniones entre los distintos técnicos permitió en pocas horas: a) Trazar el perfil clínico de los casos. b) Preparar normas para el diagnóstico y tratamiento de los mismos. c) Elaborar tina ficha epidemiológica unificada que permita valorar las características del brote epidémico, de preparar normas unificadas para la recogida de muestras y estudio de las mismas en el laboratorio. d) Evolución de los factores ambientales y de saneamiento en las distintas zonas.

Las conclusiones a las que llegamos tras las discusiones del fin de semana se han transformado en circulares distribuidas para información de los centros asistenciales hospitalarios y extrahospitalarlos, tanto públicos como privados, así como a las organizaciones profesionales sanitarias y autoridades sanitarias locales y provinciales.

Por ser las que mayor interés puedan despertar en la población en general, reproducimos las características que presenta la enfermedad.

Cuadro clínico

Se viene detectando en la última semana la aparición de un síndrome clínico caracterizado por:1. Presentación aguda con predominio epidémico familiar.

2. Cuadro clínico inespecífico: fiebre de 38º a 39º, cefalea, malestar general, dolores musculares, etcétera; seguido de un tiempo generalmente corto de manifestaciones respiratorias tales como tos, frecuentemente improductiva, sensación de opresión torácica y disnea variable.

Ocasionalmente puede presentar somnolencia, obnubilación, manifestaciones digestivas y en ocasiones, fundamentalmente en pacientes jóvenes, una exantema morbiliforme.

3. Manifestaciones radiológicas. Junto a la inespecificidad del cuadro clínico precedente, presenta un patrón radiológico llamativo y relativamente uniforme, caracterizado por: infiltrados pulmonares bilaterales y difusos de predominio intersticial, con reacción pleural en forma de pequeño derrame, uni o bilaterales y engrosamiento de las cisuras.

4. Los datos habituales de laboratorio no suponen una ayuda para el diagnóstico por su inespecificidad, por todo ello el diagnóstico de sospecha se debe establecer sobre bases clínicas y radiológicas, sin esperar a su comprobación mediante las pruebas específicas correspondientes.

5. La evolución es habitualmente benigna, aunque ocasionalmente puede desarrollarse una insuficiencia respiratoria grave que requiere terapéutica intensiva.

6. Tratamiento: los casos analizados hasta ahora han tenido una respuesta muy favorable mediante la utilización de un antibiótico específico de uso frecuente en nuestro medio, cuya naturaleza y manejo han sido ya descritos para los diversos centros asistenciales.

El objeto de este artículo es proporcionar información abierta a la población sobre un brote epidemiológico, importante, pero frente al que no estamos indefensos, ya que se ha conseguido con la colaboración de todos caracterizar los síntomas de la enfermedad, llegar al diagnóstico a través de la radiografía y determinar el tratamiento antibiótico eficaz. Lo importante es el diagnóstico precoz y el tratamiento correcto. Para lograrlo consideramos que es necesario informar a los profesionales, pero también a la población, aunque inevitablemente esto cause una cierta alarma. Otro objetivo tiene este artículo, mostrar nuestro agradecimiento a los magníficos profesionales sanitarios que abandonando otras obligaciones y renunciando al descanso del fin de semana e incluso al nocturno, y sin afán alguno de recompensa, han estado y están con nosotros en perpetuo contacto, tratando de ganarle la partida a este agente infeccioso del que esperamos poder dar pronto información precisa, información que esperamos sirva para una eficaz acción preventiva de cara al futuro.

Luis Sánchez-Harguindey es secretario de Estado para la Sanidad.

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