La historia se repite
El de mayo parece ser el mes aciago del Centro Dramático Nacional (CDN). Hace ahora precisamente dos años, en mayo de 1979, se desarrolló la crisis que terminó con la dimisión de Adolfo Marsillach, el primer director del centro, creado en noviembre de 1978 bajo los auspicios de la recién estrenada democracia, como germen de un futuro teatro nacional, a base de compañías estables y teatro de repertorio. La dimisión de Nuria Espert y las recapitulaciones de José Luis Gómez, dos de los componentes del triunvirato que, con Ramón Tamayo, dirigían desde junio de 1979 la programación del CDN, también en un mes de mayo, parece cumplir un designio, además de evidenciar la imposibilidad de una colaboración armónica entre los responsables de la cultura en el ámbito de la Administración y sus organismos pretendidamente autónomos.
El proyecto de constituir un Centro Dramático Nacional fraguó a finales del año 1977 en torno a Rafael Pérez Sierra.
Con la obra de José María Rodríguez Méndez Bodas que fueron famosas del Pingajo y la Fandanga, puesta en escena por José Luis Gómez, se iniciaban en noviembre de 1978, en el teatro Bellas Artes, de Madrid, las actividades del CDN, bajo la dirección de Adolfo Marsillach. La programación de esta primera temporada se completó con Noche de guerra en el Museo del Pardo, de Rafael Alberti, que se estrenó poco después en el María Guerrero, y una serie de montajes de obras de Luis Riaza, Rojas Zorrilla, Arnold Wesker y Peter Weiss.
Poco después de la toma de posesión de Alberto de la Hera como nuevo director general de Teatro, en mayo de 1979, Adolfo Marsillach abandonó la dirección del CDN.
Babelia
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