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Próxima reapertura de las negociaciones EE UU-URSS sobre euromisiles

Soledad Gallego-Díaz

Fuentes generalmente bien informadas de la Alianza Atlántica señalaron ayer en Bruselas que el secretario general de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Joseph Luns, anunciará muy probablemente, el próximo día 4 de mayo en Roma, con ocasión de la reunión de ministros de Asuntos Exteriores aliados, la rápida reapertura de negociaciones con la Unión Sovietica para el control de armamento nuclear en Europa (SS-20 y euromisiles).El anuncio fue dado a conocer a últimas horas de la tarde a través de la agencia oficial belga, sin ningún tipo de comentario.

La celebración de conversaciones entre Estados Unidos y la URSS es la principal condición que impusieron los aliados europeos a Washington para autorizar el despliegue en su suelo de cerca de quinientos misiles Cruise y Pershing 2, capaces de alcanzar objetivos en la propia Unión Soviética.

Los contactos preliminares para estas conversaciones se iniciaron en Ginebra bajo el mandato de Jimmy Carter, pero quedaron congelados el otoño pasado, sin que hasta el momento la nueva Administración norteamericana hubiera dejado entrever ningunade reanudarlas.

Presiones alemanas

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La decisión de reemplazar el diálogo con Moscú, al que se muestran reacios tanto el secretario de Estado, Alexander Haig, como el de Defensa, Caspar Weinberger, podría deberse fundamentalmente a las fuertes presiones de la República Federal de Alemania. En la última reunión de los ministros de Defensa de la OTAN, celebrada en Bonn hace menos de un mes, el canciller Helmut Schmidt afirmó taxativamente que «quienes pongan en duda la decisión de noviembre de 1979 (instalación de euromisiles y conversaciones paralelas) ponen en duda la propia existencia de la OTAN ». Weinberger, por el contrario, afirmó que no tenía sentido discutir con la Unión Soviética de control de armamento, mientras continuaran las presiones de Moscú sobre Polonia y el Ejército ruso no se retirara de Afganistán.

Tampoco deben ser ajenas a la inesperada decisión de acelerar el diálogo la actitud de Holanda y de Bélgica, los dos países que no han dado aún su sí definitivo para la instalación de los 48 Cruise que les corresponden.

El acuerdo de 1979

El histórico acuerdo de noviembre de 1979 ha provocado un creciente movimiento de protesta en países como la RFA, Holanda y Bélgica, con un riesgo no desdeñable para los respectivos Gobiernos. Schmidt lo reconoció así hace escasos días, cuando señaló que, si las conversaciones entre Washington y Moscú no se reanudaban antes de finales de verano o principios de otoño, su partido y él mismo tendrían que hacer frente a serios problemas con la opinión pública de la RFA. «Lógicamente», adelantó, «este hecho repercutiría también en las relaciones entre Estados Unidos y sus aliados europeos».

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