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El líder campesino Francisco Casero, obligado a abandonar el hospital por no someterse a tratamiento médico

Francisco Casero, secretario general del Sindicato de Obreros del Campo, se vio obligado a última hora de la tarde de ayer a abandonar la residencia sanitaria de la Seguridad Social, en Sevilla, donde se encontraba sometido a observación médica, después de 31 días de huelga de hambre. Casero tuvo que adoptar la decisión de marcharse del centro sanitario al explicarle los médicos que le atendían que debía someterse a un tratamiento y abandonar la huelga de hambre si quería continuar internado. A su salida de la residencia, el líder jornalero declaró a EL PAIS: «Sólo pido a Rafael Escuredo que no le hable a Calvo Sotelo desempleo comunitario, porque esa no es la solución para Andalucía».

Por otra parte, los encierros y huelgas de hambre se extendieron considerablemente ayer, afectando a Lebrija, El Coronil, los pueblos de la sierra sur de Sevilla y los de la serranía de Cádiz. Todo indica que si no hay soluciones a corto plazo, la tensión social se generalizará en los próximos días en toda Andalucía. En el Ayuntamiento de La Lentejuela (Sevilla), dominado por el PSA, se han encerrado los concejales y trescientos vecinos.El presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo, planteará a mediodía de hoy al presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, la urgente necesidad de que se adopten medidas encaminadas a aliviar la dramática situación de paro que sufre el campo andaluz. La jornada de ayer registró una nueva extensión de las acciones de protesta en numerosas localidades y, al mismo tiempo, un avance de la vertiente institucional del conflicto.

La entrevista Escuredo-Calvo Sotelo tenía, en principio, un contenido fundamentalmente autonómico, pero los acontecimientos hacen inevitable que el presidente andaluz vaya a plantear preferentemente a su interlocutor la grave situación de desempleo de Andalucía y el viejo tema del plan de urgencia. Según fuentes oficiosas, Rafael Escuredo «está dispuesto a jugar fuerte», y, en todo caso, se espera que de esta reunión salgan algo más que buenas palabras.

El presidente de la Junta andaluza se entrevistó ayer con los máximos dirigentes regionales de CC OO, UGT y SOC para asesorarse cumplidamente sobre la situación y las soluciones exigidas por las centrales sindicales. Por el contrario, Escuredo no parece dispuesto a atender la invitación hecha por el alcalde de Marinaleda para que visite esta localidad, que por el carácter masivo de sus acciones viene simbolizando el dramatismo de la situación andaluza actual.

En realidad, el. diputado Diego de los Santos, del PSA, ha sido hasta ahora el único parlamentario andaluz que ha ido a Marinaleda, comprometiéndose ante la asamblea popular a hacer gestiones en los próximos días y regresar al pueblo para informar a los trabajadores del resultado de las mismas. Por su parte, un portavoz de la Ejecutiva del PSOE andaluz precisó ayer a EL PAIS que los dirigentes socialistas no piensan acudir a Marinaleda, «porque no se quiere hacer oportunismo político con este tema», salvo que sus gestiones consigan algo positivo que ofrecer a los jornaleros.

No obstante, hay que señalar que el PSOE ha propuesto en el Senado la constitución de una comisión de parlamentarios que viaje a Andalucía para investigar e informar de las auténticas dimensiones del problema agrario.

Entre tanto, la huelga de hambre de medio millar de vecinos de Marinaleda continuó ayer por octavo día consecutivo.

Por último, hasta ayer, la conflictividad no se había extendido a la provincia de Córdoba. El debilitamiento que para el SOC supuso la todavía reciente condena de su secretario provincial Francisco Ortiz Atenciano ha disminuido la capacidad de convocatoria y de organización de la central sindical agraria conectada con el PAU-PTA, en la que igualmente se han dejado sentir las escisiones en el seno de los antiguos «peteneros», informa Sebastián Cuevas.

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