Antonio Gala: "He conseguido ir al corazón a través de la razón"
Hoy se presenta el libro "Charlas con Troylo"
Antonio Gala dice que el éxito de Charlas con Troylo, que la Editorial Espasa-Calpe presentará hoy, viernes, a las siete de la tarde, en el parque del Retiro (antigua Casa de Fieras), está en haber llegado al corazón de los lectores a través de su propia intimidad. La figura de su perro, casi humano, sólo era el pretexto para provocar la sensibilidad, dormida según él, de los españoles. «He conseguido», dice, «ir al corazón a través de la razón». Además se trataba realmente de su mejor amigo.
Con todo, Gala muestra un sentido de responsabilidad hacia la sociedad, y especialmente hacia los marginados. Se trata de algo que él define como «concepto misional de la literatura», y reconoce haberse convertido en una especie de teléfono de la esperanza.De su nuevo perro, que se llama Zegrí -«tiene un carácter tranquilo, como Troylo, algo papón »-, no quiere aventurar. «Empiezo una aventura amorosa y nunca se pueden predecir unas relaciones».
Pregunta. ¿A qué se debe el éxito de su columna en EL PAIS SEMANAL, Charlas con Troylo, que ahora se edita en forma de libro?
Respuesta. Creo que ha sido porque me he dirigido a esa parte humana que todos tenemos. He conseguido a través de la intimidad ir al corazón a través de la razón. La prueba de que logré mi propósito es que, sólo en casa, recibí 27.512 cartas de pésame por la muerte de Troylo.
P. ¿Por qué eligió como interlocutor a un perro? ¿Es que no había ningún personaje, real o ficticio, que valiera la pena?
R. Había varias razones: primero es que yo quería resaltar, con la elección de un perro para mis diálogos en la columna, la falta de comunicación que existe; además me hizo ilusión el poder ser contradicho por ello, porque así llamaba la atención del español. Después, los lectores me han demostrado que este país ha crecido en sensibilidad.
Por otra parte, escogí a Troylo como interlocutor porque realmente yo tenía una intimidad y comunicación con él. Teníamos verdaderos diálogos y, más allá del umbral donde se quedaba el amigo más íntimo, allí estaba Troylo conmigo.
P. Da la impresión de que usted planteó su columna de una manera didáctica.
R. Es cierto; tengo, un poco, un concepto misional de la literatura. Por eso decidí entonces utilizar un lenguaje intimista, cuando en ese momento el país necesitaba sentimiento y no polémica. Eso ya lo habíamos hecho antes unos pocos. Pensé que una persona exitosa, como yo, podía ensayar el periodismo sentimental (en el mejor y más estricto sentido de la palabra) frente al periodismo duro que hoy se hace.
P. Pero ¿por qué hace literatura intimista utilizando su propia intimidad? ¿No cree que corre un niesgo?
R. Creo que soy más valiente que los otros; claro que difícilmente esta valentía se va a poner de moda, porque la verdad es que yo repaso ahora estas crónicas, hoy convertidas en libro, y me veo retratado como un paño de verónicas. Pero, por otro lado, no tengo miedo a la crítica, además de que no la recibo.
Y es porque ya me encargo yo de mostrarme sin piel, mostrando la amargura, la soledad y la desazón que poco a poco nos ha invadido a todos después de aquella alegría de 1977. Yo creo que a mí me quieren un poco como a un niño algo tonto. Mi fama no es precisamente la de un escritor, sino más bien tiene las características de la fama de un torero o un cantante; algo que conecta más directamente, porque la sinceridad llama a la sinceridad.
El tema de la marginación
P. ¿Cuál es el tema común que subyace en el fondo de sus Charlas con Troylo?R. Mi insistencia en la marginación: los viejos, los solitarios etcétera. Siento que tengo cierta responsabilidad para con ellos y no quiero prescindir de ella porque me sentirla desdichado de defraudarles. Claro que corro el riesgo de convertirme en el teléfono de la esperanza,
P. ¿Es posible que el personaje de Troylo vuelva otra vez a la literatura, esta vez con un nombre distinto y otra personalidad?
R. No es probable; porque no sé si realmente mis relaciones con mi nuevo compañero serán tan íntimas como con Troylo.
El libro Charlas con Troylo, con prólogo de Andrés Amorós, se presentará esta tarde, a las siete, en el parque del Retiro madrileño, en los jardines del arquitecto Manuel Herrero Palacios (antigua Casa de Fieras), y está prevista la intervención de José Luis Alonso, Elio Benhayer, Beatriz de Borbón, Jesús Hermida, Conchita Montes y Amparo Soler Leal, entre otros.
Babelia
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