El centenario de santa Teresa pone en marcha numerosos proyectos de carácter religioso, cultural y turístico

El cuarto centenario de la muerte de santa Teresa de Jesús, ocurrida en Alba de Tormes (Salamanca) el 4 de octubre de 1582, se celebrará en toda España durante un año completo. La celebración tendrá carácter oficial para la Iglesia española, ya que ha sido asumida por la Conferencia Episcopal. La fecha viene a facilitar la visita del Papa a España para inaugurar el centenario y a evitar interferencias con las elecciones legislativas de 1983.

Uno de los mayores atractivos de centenario consiste, precisamente, en la visita anunciada por el Papa. El delegado de la diócesis de Salamanca para coordinar las actividades del centenario, José Sánchez Vaquero, ha aclarado que «el Papa no viene como consecuencia del centenario, sino que viene a visitar España Pero se le ha pedido que haga coincidir el viaje con las primeras fechas del centenario para que éste reciba la fuerza de su presencia».El centenario de la muerte de la doctora de la Iglesia ha requerido una organización a tres niveles diferentes: nacional, provincial de Salamanca y local de Alba de Tormes. Se proyectan numerosas actividades religiosas, culturales y turísticas. En Alba de Tormes se plantean asimismo necesidades de infraestructura urbana que la villa no puede resolver por sí misma. Además, en los últimos días, entre Avila y Alba de Tormes se han reavivado conflictos seculares derivados del depósito de los restos de la reformadora del Carmelo.

Alba, villa ducal y teresiana

Teresa de Jesús murió en Alba de Tormes tras haber fundado una quincena de conventos, el primero de los cuales fue el de san José, de Avila, y promovido la reforma de la orden del Carmelo. Tres años después, su cuerpo fue trasladado a Avila, su villa natal, donde permaneció un año, hasta su regreso a Alba, según una decisión del papa Sixto V en el proceso entablado entre ambas localidades.El cuerpo de la santa fue expuesto en 1914 durante tres días, para acallar las suspicacias de los albenses, que temían haber sido víctimas de un robo. Según algunos testigos de aquellas acciones, todas las mujeres que se hallaban en período de gestación formaron un cordón ante el templo para impedir la entrada de los alabarderos que trataban de llevarse el cuerpo incorrupto. Ante tal actitud los soldados rindieron armas y retornaron a su lugar de origen. En Alba de Tormes empieza a promoverse la iniciativa de solicitar al Papa la apertura del sepulcro con motivo del centenario.

Los albenses se niegan a que los restos de su santa sean trasladados a Avila durante ocho días, según pretendían algunas personas. Esta pretensión, confirmada por el cardenal Tarancón al alcalde y al párroco de Alba de Tormes, ha promovido un espontáneo movimiento de oposición popular en la villa salmantina, que fue propiedad de los duques de Alba.

Un centenario nacional

Las madres carmelitas del convento de la Anunciación de Alba de Tormes guardan en su templo un sepulcro de plata, situado en el altar mayor, con el cuerpo de la santa. A ambos lados, en sendos relicarios, los visitantes pueden contemplar el corazón y el brazo izquierdo. Otros muchos conventos conservan pedazos del cuerpo como reliquias. Una clavícula se halla en el convento de san José de Avila y están repartidos los maxilares y otras partes del cuerpo. La mano izquierda perteneció en un principio a una comunidad lisboeta y pasó después a la de Ronda. Al empezar la guerra civil, según cuentan algunos albenses, los republicanos se hicieron con ella y Franco, desde Salamanca, ordenó su recuperación. El general Varela se encargó de reconquistarla y, con la aquiescencia del obispo salmantino, el anterior jefe de Estado conservó la reliquia hasta su muerte, en que fue devuelta a la comunidad de Ronda.Todo el entramado que rodea el centenario de la muerte de santa Teresa no termina en Avila o Alba de Tormes. Según José Sánchez Vaquero, «la conmemoración tiene tres objetivos: religiosos, de renovación eclesial y culturales». Por ello no se pretende difundir exclusivamente la vida de santa Teresa, sino la de su tiempo, por lo que se divulgará, junto a su obra, la de los teólogos, literatos, poetas y juristas del Siglo de Oro fray Luis. de León, san Juan de la Cruz, Calderón de la Barca, Lope de Vega, Francisco de Vitoria, Tomás de Villanueva y otros.

El centenario cuenta con el apoyo de la Iglesia católica en todo el mundo y con el de otras iglesias no católicas. La organización corre a cargo de una junta nacional, presidida por el titular de la Conferencia Episcopal española. En la permanente intervienen los obispos de Avila y Salamanca y los provinciales de los carmelitas. Existen varias comisiones ejecutivas y una asamblea que reúne a todas las instituciones civiles y religiosas representadas, como los municipios de Avila, Salamanca y Alba de Tormes, donde también existe una junta local.

A través de un boletín se reflejan todas las actividades que se desarrollan con motivo del centenario. Se ha aprobado el boceto de una medalla conmemorativa, se ha compuesto un himno a la santa y se va a editar un «libro del peregrino» que facilitará todos los datos de tipo religioso, cultural y turístico del itinerario previsto para las peregrinaciones: Avila-Salamanca-Alba de Tormes.

La villa ducal de Alba de Tormes se prepara desde hace tiempo para celebrar el centenario. Pese a las deficiencias infraestructurales de una localidad de 4.300 habitantes, que cuenta con un presupuesto municipal de diecinueve millones de pesetas, insuficiente por completo para paliar aquellos problemas sin una importante ayuda estatal, el alcalde, Eladio Briñón, y el párroco aseguran que «estaremos preparados al comienzo del centenario, aunque puede que estemos sufriendo las consecuencias de tener un alcalde independiente y de que Salamanca lo tenga socialista».

Alba se encuentra situada en un nudo de cinco carreteras, pero todas ellas de relativa importancia y en deficiente estado. Hace poco se han iniciado las obras de ampliación de la carretera que llega desde Salamanca -a diecinueve kilómetros-, «gracias a la intervención del gobernador civil, que ha conseguido un presupuesto extraordinario de cien millones de pesetas del Ministerio de Obras Públicas». En peor estado se hallarán las que acortan el camino desde Madrid o desde el aeródromo de Matacán, el calificado aeropuerto de Salamanca, que se halla a veinticinco kilómetros de la villa teresiana.

En el capítulo de conservación del patrimonio artístico se piensa acometer algunas obras, aunque «si no hubiera sido por el viaje del Papa, el centenario se habría planteado con otro tipo de celebraciones», según el delegado provincial de Cultura. «Pero la visita del Papa ha influido decisivamente para que Bellas Artes se preocupe de la restauración de la celda y el templo de la Anunciación, así como de la casa de santa Teresa de Salamanca».

La delegación de Turismo va a editar dos folletos informativos, y la Diputación provincial ha reclamado una campaña turística para la zona de la Secretaría de Estado para el Turismo. El Ayuntamiento de Alba le ha pedido, por su parte, a la Diputación, 139 millones de pesetas. «Necesitamos una depuradora de aguas residuales, evacuatorios, iluminación de las carreteras, una reforma total del Ayuntamiento, el acondicionamiento de la dehesa de la villa -unas cien hectáreas municipales que suelen destinarse a pastos y que podrían acoger grandes concentraciones, como la que suscitaría la visita del Papa- y la construcción en ella de un camping».

Alba de Tormes cuenta con trescientas plazas hoteleras, pero sus habitantes están dispuestos a colaborar al máximo y ofrecerán camas y comidas a los peregrinos en sus propios domicilios, de acuerdo con una sugerencia de la junta local del centenario. Por otra parte, en Alba funciona desde primeros de año una escuela teresiana, para que sus habitantes conozcan la vida y la obra de la santa.

Grandes frustraciones

Con la llegada del centenario, Alba de Tormes ha revivido una de sus grandes frustraciones: la basílica de santa Teresa, cuya construcción empezó por suscripción popular ahora hace un siglo sobre los terrenos ocupados por cuarenta familias, que fueron expropiadas. El proyecto del templo, de Enrique Repullés y Vargas, fue premiado en una exposición de arquitectura de París y obtuvo el apoyo de la familia real.Las obras se interrumpieron definitivamente antes de la instauración de la Segunda República, y la basílica fue cedida en su estado actual, años más tarde, a los carmelitas. Aunque la conclusión de la misma excede de las posibilidades económicas del municipio, la diócesis y la orden religiosa, el párroco de Alba acepta que «no son los organismos oficiales quienes deben terminar la obra, sino el pueblo y los peregrinos, porque la Iglesia tiene que defender sus propios templos».

Sin embargo, para coronar la basílica de la forma y con los materiales de proyecto serían necesarios en la actualidad, según algunas fuentes, alrededor de 6.500 millones de pesetas. «Utilizando las técnicas actuales de construcción y piedra artificial, la cifra podría quedar en 1.600 millones».