EE UU garantiza a sus aliados europeos que dialogará con la Unión Soviética
Durante la estancia en Washington del secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el holandés Joseph Luns, los dirigentes estadounidenses tranquilizaron a los aliados europeos, confirmando el deseo de iniciar conversaciones para un control de armamento con la Unión Soviética. Pero, sin olvidar el vínculo que hay entre la posición soviética en Polonia y las negociaciones para un control de armamento nuclear.Luns se entrevistó con Alexander Haig, secretario de Estado, y con el vicepresidente Georges Bush, en ausencia del presidente Ronald Reagan del Despacho Oval de la Casa Blanca, convaleciente en su ático de la mansión presidencial del atentado criminal sufrido el pasado 30 de marzo. La salud del presidente es satisfactoria, recuperándose de una herida de bala explosiva del calibre 22.
En su gestión de los asuntos presidenciales, sobre todo en lo que concierne a las visitas de dignatarios extranjeros, el vicepresidente Bush dialogó con Luns sobre la situación en Polonia, las relaciones de EE UU con sus aliados de la OTAN y la instalación de los nuevos misiles de alcance medio en varios países de Europa occidental.
Washington recuerda a todos los niveles que «continuamos con la firme intención de negociar con los soviéticos», según dijo Dean Fischer, portavoz del Departamento de Estado. Esta posición, destinada a calmar a las principales capitales de Europa occidental, que desean continuar el diálogo de distensión con Moscú, se acompaña de la advertencia hacia la URSS de evitar toda intervención en Polonia.
«Una invasión en Polonia destruiría las bases para la negociación del control de armas con los soviéticos», recordaron fuentes del Departamento de Estado. A nivel militar, los norteamericanos reconocen que la tensión ha bajado considerablemente en Polonia. Aunque continúa la incertidumbre sobre el futuro, del modo que continúan también las veinte divisiones de las fuerzas armadas soviéticas en los alrededores de Polonia.
Preocupación europea
No es ningún secreto que los países europeos, miembros de la OTAN, que deben acoger en su territorio los 572 misiles Cruise y Pershing 2 (para hacer frente a los ya operacionales misiles SS-20 soviéticos), preferirían que una reanudación del diálogo sobre desarme entre Washington y Moscú abriese nuevas fronteras capaces de, cuando menos, reducir el arsenal nuclear sobre Europa.
Por otra parte, continúan las sutiles diferencias de opiniones entre el Departamento de Estado y el Departamento de Defensa, en relación con el vínculo entre la situación polaca y la continuidad de las negociaciones de desarme. Caspar Weinberger, secretario de Defensa, opinó que la postura de los soviéticos debe cambiar en sus posiciones alrededor de Polonia. Mientras, el Departamento de Estado, las sitúa a una no intervención directa en los asuntos de Polonia. Pero hay unanimidad total en Washington sobre la inevitable urgencia de instalar la nueva generación de misiles en Europa occidental, para equilibrar el desfase con la URSS. Polonia es sólo un elemento nuevo para la negociación, tan esperada por las capitales europeas.
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