Leónidas Breznev reitera, a Occidente las propuestas de diálogo de la URSS
El jefe del Estado soviético, Leónidas Breznev, insistió ayer nuevamente en las propuestas de paz que ya expusiera el pasado 23 de febrero, durante su discurso de apertura del XVI Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).
«No hay más camino para garantizar la paz que detener la carrera de armamentos y avanzar en el terreno de las negociaciones», afirmó Breznev durante un discurso pronunciado en la apertura de la IV Conferencia de la Unión de Sociedades Soviéticas de Amistad con el Extranjero.El líder comunista soviético afirmó que las propuestas hechas durante la inauguración del XVI Congreso del PCUS son válidas para todos aquellos que estén «realmente interesados» en obtener la paz.
Breznev no hizo referencia en su discurso a la moratoria pedida a Occidente para la instalación de los misiles de alcance medio. Desde que el 23 de febrero, el jefe del Estado de la URSS hiciera pública su serie de ofertas para el desarme y la paz, el único avance logrado coincidió con la visita a Moscú del ministro de Asuntos Exteriores de Alemania Federal, Hans Dietrich Genscher.
Con ocasión del viaje de Genscher, el Kremlim matizó su postura sobre los misiles de alcance medio, afirmando que esta propuesta de demorar su instalación no era una condición previa a unas conversaciones sobre su futura limitación a ambos lados de Europa.
Por lo demás, desde el 23 de febrero, ni Moscú ha recibido respuestas concretas a las propuestas de Breznev ni ha flexibilizado su postura. Ya parece rota la posibilidad -que se rumoreó hace dos semanas- de que el jefe del Estado soviético se encontrara en Cancun (México) con su colega norteamericano, Ronald Reagan,
Ayer, la Prensa soviética, después de varios días de silencio, volvió a ocuparse de la crisis de Polonia. Tanto el diario Pravda como el semanario Literaturnaya Gazeta insistieron en las tesis ya expuestas anteriormente, sin añadir nuevos argumentos. Pravda hacía hincapié en el deterioro económico que sufre Polonia, mientras que Literaturnaya Gazeta volvía a atacar a los disidentes polacos, acusándoles de colaborar con Occidente para conseguir la victoria de la «contrarrevolución».
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