Mañana será lanzada desde cabo Cañaveral (Florida) la nave espacial "Columbia"
Al lanzar mañana la nave Columbia, Estados Unidos abrirá una nueva era en la exploración espacial en materia de comunicaciones por satélite, investigación astronómica y creación de bases espaciales, sin olvidar los aspectos militares, capítulo este calificado de top secret.
En el centro espacial John Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida), continúa la cuenta atrás, que finalizará a las 6.50 horas del viernes (13.50, hora de Madrid), tiempo cero para el despegue de la Columbia.Vuelven los días de gloria para Cabo Cañaveral, que desde hacía seis años (con la misión conjunta norteamericano-soviética Apolo-Soyuz, el 15 de julio de 1975) había paralizado sus actividades de vuelos espaciales tripulados.
Unas 80.000 personas acudirán al breve espectáculo en directo, tan sólo unos segundos, transmitido por televisión en directo a medio mundo y contado por unos 2.000 periodistas, habilitados en un improvisado centro de Prensa en pleno campo, al lado de las sabinas de la costa atlántica en Cabo Cañaveral.
Pilotada por dos astronautas, el veterano John Young, de cincuenta años de edad, y el capitán Rober Crippen, de 43 años, la Columbia realizará el primer vuelo experimental, con un programa de 54 horas y media, y realizando 33 órbitas alrededor de la Tierra. La Columbia, nave espacial híbrida, a medio camino entre el cohete y el avión convencional, aterrizará el próximo, domingo en la base militar de Edwards, en el desierto californiano de Mojave. En caso de problerrias en la operación de tomar tierra figura también como alternativa, entre otras, la base militar norteamericana de Rota, en España.
La verdadera novedad de la Columbia consiste en que será el primer ingenio espacial capaz de salir y regresar a la tierra por sus propios medios. La nave, primera de un ambicioso programa para la actual década de los ochenta y cara a la investigación espacial del siglo XXI, podrá ser reutilizada en múltiples vuelos.
Después de varios retrasos, junto a un coste de 10.000 millones de dólares y, ocho años de trabajo, esta vez parece que no habrá nuevos inconvenientes técnicos para llevar a cabo la misión Columbia.
Sólo el tiempo sigue siendo el factor imprevisible (lluvia, viento fuerte o falta de visibilidad) que puede obligar a un retraso de la hora cero.
Entre los últimos problemas técnicos destacan los surgidos hace 48 horas en circuitos eléctricos mal aislados, que paralizaron parcialmente el funcionamiento de dos válvulas, reguladoras del sistema vibratorio de la cabina de pilotaje. Residuos de otros gases ajenos al oxígeno y al hidrógeno, generadores del combustible para los cohetes que impulsarán la Columbia en su ascensión hasta alcanzar la primera órbita, hicieron también temer, los primeros días de esta semana, la eventualidad de un nuevo desplazamiento.
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