España quiere un "acuerdo-puente" con EE UU para preparar el ingreso en la OTAN

El proyecto de acuerdo-puente con Estados Unidos deberá ser sometido a ratificación por el Parlamento. Es por ello que el Gobierno espera contar con el apoyo de varios partidos de la oposición, y en especial con el del Partido Socialista Obrero Español, con quien el presidente Leopoldo Calvo Sotelo iniciará consultas relativas al capítulo OTAN, de acuerdo con lo que afirmó el jefe del Gobierno en su discurso programático. En fuentes próximas al Gobierno se señala la esperanza de que el PSOE acepte la propuesta del nuevo acuerdo ante el cambio cualitativo del contenido. Se teme, por el contrario, tina dura reacción ante la perspectiva de la OTAN, aunque las fuentes gubernamentales piensan que como de todas maneras habrá que reconducir las relaciones bilaterales con Estados Unidos a partir de 1982, el PSOE estará a favor de los contratos inmediatos propuestos, por ser su contenido más democrático que el del tratado actual.En todo caso, este será un tema clave de la conversación que Felipe González mantendrá con Alexander Haig a primera hora de la tarde de hoy. El líder socialista reiterará la posición de su partido contraria al ingreso de España en la OTAN. Una posición esta que los dirigentes del PSOE han ratificado recientemente en París ante sus colegas de la Internacional Socialista y que el propio Felipe González podría haber explicado personalmente al secretario general de la OTAN, Joseph Luns, si no se hubiera revelado el proyecto de entrevista, lo que ha causado malestar en el PSOE. Sobre todo, porque no ha sido a instancias del líder socialista el posible encuentro González-Luns, sino, al contrario, ésta era una iniciativa del secretario general de la OTAN, que quería oír directamente de boca de Felipe González los argumentos del PSOE para oponerse al ingreso de España en la Alianza Atlántica Fuentes parlamentarias confirmaron ayer a EL PAIS estos extremos y el hecho de que la iniciativa partió de la OTAN.

Al Gobierno le preocupa que el PCE tome una actitud completamente negativa ante este proyecto de acuerdo-puente, y cree que las minorías nacionalistas del Norte apoyarán su proyecto.

Por último, hay que señalar que durante el encuentro de Haig con el Gobierno, así como con el líder de la oposición, ambas parte exigirán al secretario de Estado norteamericano públicas garantías de apoyo al proceso democrático español que desmientan para siempre las dudas que provocó su declaración a las seis horas del intento de golpe de Estado militar del pasado 23 de febrero, que fue calificado por Haig de «asunto interno».

El programa de Haig en Madrid es breve y compacto, y se desarrollará paralelamente a un encuentro de expertos y altos funcionarios hispano-norteamericanos que se reunirán en el Ministerio de Asuntos Exteriores.

En la noche de ayer mantuvo una reunión de trabajo con sus colaboradores y con los embajadores de Estados Unidos en Madrid, Terence Todman (quien, al parecer, ha sido confirmado en su puesto recientemente por Haig a raíz del enfrentamiento epistolar que mantuvo días atrás con Cambio 16) y Max Kampellman, jefe este último de la delegación norteamericana en la Conferencia de Madrid.