Falleció el escritor y escultor santanderino Manuel Pereda
A media tarde de ayer, en el panteón familiar de la necrópolis santanderina de Ciriego, recibieron cristiana sepultura los restos mortales del escritor y escultor Manuel Pereda de la Reguera, padre de nuestra compañera Rosa María Pereda, fallecido el lunes tras un dilatado proceso cancerígeno.
Manuel Pereda de la Reguera, 63 años, era en la actualidad presidente del Ateneo de Santander, y tenía entre sus títulos el de académico correspondiente de la Real Academia de la Historia, de la de Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba y de la de Bellas Artes de Valencia; consejero de número de la Institución Cultural de Cantabria y académico de honor de la Burgense de Historia y Bellas Artes. Al margen de los nombramientos, Pereda de la Reguera estaba enrolado en una vasta gama de facetas de la historia, la literatura y las artes -aunque descollara en él su pasión por la escultura-, y fundamentalmente como un activo promotor de empresas culturales.
Avalan la obra de Pereda cincuenta títulos sobre diversos temas y géneros, treinta de ellos publicados, desde los estudios sobre arquitectos y artistas montañeses a los inventarios y llamadas de atención en torno a la tutela del patrimonio artístico; desde las evocaciones geográficas y etnográficas a los ensayos históricos; desde sus libros de poemas a sus novelas, como M 8.364 el laberinto, que fuera Premio Plaza en 1956. Pereda de la Reguera ha dejado constancia de una asombrosa versatilidad, que llegó al punto de alcanzar unas anotaciones para el estudio de la flora montañesa y que se prolonga en una veintena de ensayos históricos, libros de poemas, comedias y zarzuelas terminadas, que el autor no ha podido ver ya en letra de imprenta.
