La Junta del Puerto de Gijón acelera las obras para conseguir el liderazgo carbonífero

La aceleración de las obras del muelle de graneles de Gijón, la construcción y equipamiento del parque y la adecuación del transporte a través de Renfe son las claves de la batalla de este puerto para convertirse en el gran importador de carbones del Norte y situarse en condiciones de competir con otros puertos para distribuir el carbón procedente de Suráfrica, Australia, Canadá y EE UU hacia otros países europeos.

Simultáneamente, Asturias se juega en este envite su candidatura ala instalación de nuevos grupos térmicos productores de energía eléctrica. En 1987, Cáceres será la primera provincia en potencia total compensable con 3.974.001 kilovatios, seguida de Asturias, con 3.810.689 kilovatios. La Administración parece más interesada en impulsar las obras de los puertos de Algeciras y Carboneras (Almería) para recibir el carbón destinado a las térmicas del Sur. Según ha trascendido, un ex ministro de Industria, vinculado hasta fecha reciente a una empresa de bienes de equipo de Vizcaya, se encuentra a punto de entrar a formar parte de la sociedad constituida para hacer frente a las obras de los puertos y parques de carbones del Sur.Por otra parte, medios competentes afirman que, si Iberduero consigue traspasar la central nuclear de Lemóniz al Estado, ampliaría la térmica de Santurce (Vizcaya) con dos grupos de quinientos magavatios cada uno, circunstancia que mejoraría sensiblemente las posibilidades del puerto de Bilbao como importador de carbones.

Las fuerzas políticas y empresariales asturianas estiman que, en caso de que el puerto de Gijón pierda esta oportunidad, quedarían igualmente reducidas las expectativas de creación de más grupos térmicos en Asturias. En ese supuesto, las centrales actuales y las que se encuentran en construcción podrían ser alimentadas desde Gijón, naturalmente, pero, también, desde Bilbao y los puertos del Sur, con barcos pequeños. La producción de Hunosa podrá abastecer a dos grupos térmicos, teniendo en cuenta que se ve obligada a dedicar casi el 50% de su carbón al consumo siderúrgico. La cuenca antracitera,del Narcea tiene producción suficiente para la central de Soto de la Barca. Pero las de Lada, Soto de Ribera y, sobre todo la de Aboño, próxima al puerto de Gijón, que incluso puede ser ampliada con dos grupos más, necesitan del carbón importado. Por este motivo, la sociedad estatal Carboex estudia su participación en la explotación de yacimientos en Estados Unidos, Australia, Canadá y Suráfrica.

La Junta del Puerto de Gijón proyecta la terminación del muelle de graneles en 1983, con un calado de veinticinco o veintiséis metros, que permitirá la entrada a barcos de 150.000 toneladas. Sin embargo, técnicos consultados por este periódico consideran imprescindible el comienzo urgente de las obras de un gran parque de almacenamiento y clasificación de carbón, de unos 30.000 metros cuadrados, para mover unas 5.000 toneladas diarias y mantener unas existencias de uno o dos millones de toneladas. También es preciso contar con unos medios de transporte adecuados.

La pugna por la adjudicación de los bienes de equipo en estos grandes parques del Norte y del Sur puede poner de nuevo sobre el tapete una situación similar a la ocurrida con las centrales térmicas, cuyos beneficiarios fueron Babcock & Wilcox y Mecánica de La Peña, ambas de Vizcaya, y La Maquinista Terrestre y Marítima, de Barcelona, que consiguieron los grupos térmicos de Asturias, de Almería y Algeciras. En estas adjudicaciones, las empresas asturianas y andaluzas han sido discriminadas en funciónde presiones políticas, según los medios consultados. La posible presencia de un empresario vasco en la sociedad de los parques de los puertos andaluces puede ser significativa de cara a la disputa que se avecina por la adjudicación de los bienes de equipo.