Dramáticos informes de Tass sobre la crisis

«Esto es ya la lucha por el poder» La agencia oficial Tass, que ha incrementado en los últimos días su información sobre Polonia con perfiles dramáticos, recogía ayer estas dramáticas palabras del informe presentado por Kazimierz Barcikowski, secretario del Comité Central del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP), comunista, al Buró Político de su partido.Dentro de las 44 intervenciones realizadas durante el pleno del POUP celebrado el domingo, Tass dio ayer la primacía a las palabras de Barcikowski, considerado como un hombre de la «Iínea dura» de su partido.

Según este secretario del Comité Central del POUP, serían difícilmente cuantificables las consecuencias de una eventual huelga general, ya que Polonia «no dispone de reservas que permitan superar esta catástrofe económica», que amenaza con poner a prueba «la estructura de nuestro Estado y su misma existencia». ,

Barcikowski hacía un llamamiento para que se comprenda «esta amenaza» y el pueblo se oponga «con toda energía a estas tendencias».

Este informe al Buró Político del POUP hacía hincapié en la «campaña emprendida contra los órganos de orden público de la República Popular polaca», que «tiene como objetivo desacreditar estos órganos ante los ciudadanos y debilitar sus posiciones».

Barcikowski abundaba en la tesis de que «los dirigentes derechistas han penetrado en diversos eslabones de Solidaridad para «empujar al país en el camino de la contrarrevolución reptante ».

La Prensa soviética sigue dedicando gran espacio a informar -sobre la crisis polaca. De hecho, esta abundancia informativa -que no tiende precisamente a desdramatizar- hubiera resultado insólita hace unos meses.

El lector soviético, acostumbrado a una imagen periodística relajada y oficial del mundo socialista, quizá se alarme más que un lector occidental al ver las noticias que estos días publican los periódicos de la URSS sobre la crisis polaca.

Pravda se hacía eco también ayer de las acciones de algunos «elementos subversivos» que, según el órgano oficial del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), llegaron a destruir los indicadores de una autopista, intentaron ocupar estafetas de correos en varias ciudades y se hicieron con un centro de transmisiones en Varsovia.