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Argelia, apoya a Mauritania tras el frustrado golpe de Estado

Mauritania rompió ayer sus relaciones diplomáticas con Marruecos, al que acusa de haber fomentado y dirigido el abortado golpe de Estado del pasado lunes. La ruptura de relacione coincide con una rápida reacción de apoyo a Mauritania por parte ole Argelia, manifestada a través del envío a Nuakchott de dos emisarios del presidente argelino, el consejero Ahmed Taleb Ibrahimi y el teniente coronel Mohamed Larhi Beljeir, secretario permanente del Consejo de Seguridad argelino.

La presencia, en la capital mauritana, de este alto oficial permite suponer que Argelia estaría dispuesta a cooperar en el reforzamiento de la capacidad defensiva del Ejército mauritano.Taleb Ibrahimi ha sido el verdadero artífice de la reconciliación entre Mauritania y el Frente Polisario, a lo largo de un delicado proceso de discretas negociaciones que culminaron con la firma del tratado de paz entre las dos partes en 1979 y, posteriormente, con la reanudación de relaciones diplomáticas entre Argel y Nuakchott.

La decisión de romper relaciones diplomáticas con Rabat fue adoptada al término de una reunión extraordinaria del comité permanente del Consejo Militar de Salvación Nacional (CMSN) presidido por Juna Uld Jaidalla. Este último aseguró estar convencido de que el abortado golpe de Estado fue «organizado, armado y dirigido por Marruecos». La agencia argelina, de Prensa recogió la noticia de esta ruptura minvitos después de haber sido anunciada en Nuakchott.

El Gobierno mauritano no descarta un nuevo intento de desestabilización del régimen dirigido por el coronel Jaidalla, aunque asegura, a través de la agencia oficial de Prensa mauritana, que, si se produce una intervención milit'ar marroquí, «los mauritanos son capaces de dar (a Marruecos) una lección que no podrá olvidar jamás ».

Llegaron de Senegal

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Informaciones llegadas a Argel indican que el comindo encabezado por dos antiguos coroneles del Ejército mauritano, Abdelkader Uld Bah y Ahmed Salem Sidi, se componía de más de un centenar de personas que viajaron, desde la frontera senegalesa, en vehículos militares portadores de signos distintivos de las fuerzas armadas de este país. Los autores de la tentativa abortada habían previsto hacer un llamamiento, a través de la radio nacional mauritana, en apoyo de una cobertura aérea marroquí.

Medios diplomáticos senegaleses en París calificaron de «graves» estas informaciones y excluyeron en principió la hipótesis de una posible complicidad, ni siquiera pasiva, del Gobierno de ese país. El presidente Abdou Diouf se recuerda en Dakar, visitó el pasado 5 de marzo Mauritania, en un viaje que se interpretó como un gesto destinado a reafirmar los lazos entre ambos países, según informa la agencia France Presse.

El comando tenía conocimiento de que el presidente mauritano y su primer ministro debían reunirse en el palacio presidencial el lunes por la mañana, pero a última hora el jefe del Estado mauritano modificó sus planes y se trasladó a Zuerat. Los combates en las inmediaciones del palacio presidencial, la sede del Gobierno y la del Estado Mayor militar se prolongaron por espacio de tres horas, produciéndose una tentativa de captura de rehenes por parte de los asaltantes que fue abortada por las fuerzas leales al Gobierno.

La ruptura de relaciones diplomáticas entre Mauritania y Marruecos crea una situación de mayor tensión en la zona magrebí, cuyas consecuencias pueden ser imprevisibles, incluso en lo que afecta al conflicto del Sahara occidental. El Frente Polisario, en una reacción rápida a los acontecimientos, ha manifestado su solidaridad con los dirigentes mauritanos a través de un mensaje del primer ministro saharaui, Mohamed Lamine.

Por su parte, el Buró Político del Frente de Liberación Nacional argelino, en una reunión de emergencia encabezada por el presidente Chadli, considera que la acción «se inscribe en la lógica de la política de expansión y de agresión dirigida por el Gobierno de Marruecos».

La citada instancia, tras advertir a Rabat contra «toda política de escalada», reafirma la voluntad de Argelia de «oponerse firmemente a una maniobra que puede llevar ineludiblemente a un enfrentamiento generalizado».

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