El consejo de ministros aprueba una subida generalizada de los precios de los productos petrolíferos

El Consejo de Ministros aprobó ayer una subida generalizada de todos los precios de los producto)s derivados del petróleo, que supondrá un incremento de siete pesetas por litro para los tres tipos de gasolina, y de 6.50, 5 y 5, para las diferentes variedades de gasóleo. Los nuevos precios son, a partir de las cero horas de hoy, 70, 68 y 62 pesetas por litro para las gasolinas extra, super u normal, respectivamente, mientras que los gasóleos, automoción (A), usos agrícolas y pesca (B) y calefacción (C) pasan a costar 40,50, 30,50 y 29 pesetas, respectiva mente. La bombona de butano sube cincuenta pesetas.

La nueva. subida, que ;,a desde el 3,6% hasta el 39,7%, según los productos, pretende conjugar el encarecimiento que ha experimentado el coste del crudo importado desde la última subida, que tuvo lugar el 5 de diciembre pasado. Los aumentos de los costes se deben fundamentalmente a la pérdida de la posición de la peseta frente al dólar en estos tres meses ,-consecuencia directa de la revalorización de la divisa norteamericana (en la que se paga el crudo)-, así como a las subidas en los precios del petróleo acordadas por la OPEP en Bali el pasado 17 (te diciembre.El ministro de Industria y Energía, Ignacio Bayón, declaró, al término del Consejo de Ministros de ayer, que esta nueva subida, según los cálculos gubernamentales, tendrá una repercusión directa del 0,6% en el índice de precios al consumo (IPC) en el mes de marzo. Asimismo, la subida tendrá una lógica repercusión indirecta en el IPC, a través de los incrementos que se producirán en otros productos en los que participan los derivados del petróleo como un coste fijo.

Aunque es difícil determinar el porcentaje medio de la subida, que se puede estimar en torno al 12%, en algunos medios se indica que los incrementos en los precios enjugarán difícilmente el incremento registrado en los costes. Según los cálculos gubernamentales, de las tres variantes que influyen en los precios -fiscalidad, coste y transporte del crudo importado y relación de cambio de la peseta con la moneda de pago del crudo, el dólar-, dos han registrado una fuerte modificación al alza desde la última subida. La fiscalidad, por el contrario, ha permanecido estable, ya que en la última subida se decidió repercutir sobre los carburantes el aumento de la presión fiscal contenida en los Presupuestos del Estado para el año 1981.

Un incremento del 10%

En lo que respecta al incremento en el precio del coste del petróleo, Ignacio Bayón aclaró que el coste del barril importado había pasado de 32,5 dólares, el pasado diciembre, a 36,02 dólares. Este incremento, resultado directo de los acuerdos de Bali (Indonesia) de la OPEP el pasado diciembre, supone porcentualmente algo menos del 10%, lo que hace suponer en principio que la subida anunciada ayer sólo ha enjugado algo más de este incremento.

No obstante, el mayor incremento en costes se ha registrado en función de la depreciación que ha experimentado la peseta en los tres últimos meses. Esta desvalorización, en los cálculos oficiales, ha sido de unas diez pesetas por dólar, ya que en diciembre la moneda norteamericana se cambiaba a 75 pesetas y hoy se hace a 85,64 pesetas.

Hay que advertir, sin embargo, que la repercusión de estos costes al día de hoy sobre el consumidor experimentan, por lo menos, un retraso de tres meses. Los crudos hoy comprados no serán consumidos hasta dentro de unos meses debido al alto nivel de reservas de petróleo y productos derivados de que disponen hoy las refinerías y Campsa.

El Gobierno, a través de una nota, también trató ayer de reiterar los argumentos que justifican una política de traslación directa al consumidor de los altos costes del crudo importado. Esta política, que se está atacando desde amplios sectores técnicos por la traslación que supone a la economía de una inflación importada y no sujeta a unas normas previsibles, se orienta a repercutir más sobre los carburantes pesados la subida que sobre los ligeros, así como a trasladar directamente al consumidor todos los costes.

El ministro de Industria aprovechó la ocasión de la conferencia de Prensa para justificar la gestión del departamento en lo que respecta a los esfuerzos realizados institucionalmente para reducir la importancia de los crudos en la producción de. energía en este país. Así, se destacaron los programas de sustitución pautatina de los fueles por el carbón en la producción de energía eléctrica, algo que será efectivo completamente en 1985, y los planes gubernamentales de «gasificar» en lo posible la geografía española.

A este respecto, el Gobierno mantiene: el recargo de quinientas pesetas por tonelada en los consumo de fuel con destino a la obtención de energía eléctrica. Por el contrario, y en lo que es una práctica habitual desde la llegada de Calvo Sotelo a la responsabilidad del área económica, mantiene por segunda vez invariables los precios de la nafta, de alto consumo en las petroquímicas.

Por último, Ignacio Bayón confirmó la inminente creación de una comisión interministerial (Industria, Economía, Hacienda y Trabajo) que se encargará de estudiar todos los problemas de la automoción», a propósito de un supuesto plan para trasladar a los carburantes la fiscalidad que ahora pesa sobre la venta de automóviles.