EE UU y cuatro países occidentales rechazan la imposición de sanciones contra Suráfrica
Los cinco países occidentales que elaboraron el plan de independencia de Namibia se oponen a que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) acuerde la imposición de sanciones económicas obligatorias con Suráfrica.Así lo manifestó ante la Asamblea General de la ONU el embajador británico, sir Anthony Parsons, en nombre de su Gobierno y de los de Estados Unidos, Canadá, Francia y la República Federal de Alemania.
La reacción del Gobierno de Africa del Sur no se ha hecho esperar, siendo de «viva satisfacción», según se puso de relieve en medios oficiales de Pretoria. Los observadores entienden que ningún país de Europa Occidental, ni Estados Unidos, está dispuesto a pagar el precio de un embargo, no sólo por razones económicas (las inversiones occidentales en este país superan los 25.000 millones de dólares), sino también políticas.
El cambio de Administración en Washington no es algo ajeno a esta toma de postura. «Nos alegra saber que el jefe del mundo libre reconoce y aprecia la importancia estratégica de Africa del Sur desde un punto de vista realista», había exclamado el primer ministro, Pieter Botha, al tener conocimiento de las declaraciones abiertamente favorables a Pretoria realizadas por Reagan el pasado miércoles.
Son muchas las personas que dan por hecho que Africa del Sur cuenta ya con la discreta bendición de Estados Unidos para intervenir en Mozambique y Angola contra los miembros de la Organización Popular del Suroeste Africano (SWAPO).
El embajador británico ante la ONU defendió las negociaciones «como única vía para que Namibia llegue a convertirse verdaderamente en un Estado soberano e independiente», aunque dijo rechazar «todo tipo de violencia, venga de donde venga».
El proyecto de independencia elaborado por los cinco países occidentales se frustró cuando la negativa surafricana a entablar el diálogo con la SWAPO provocó el fracaso de la Conferencia Internacional sobre Namibia, que se celebró en enero en Ginebra.
