Un viejo sueño científico
La idea de aprovechar el movimiento del mar (mareas, oleaje, corrientes) para obtener energía no es nueva. Existe incluso alguna realización práctica (la central mareomotriz de La Rance, en la Bretaña francesa), y numerosos científicos sueñan con la posibilidad de aprovechar energéticamente las corrientes del Estrecho de Gibraltar.La invención de Angel Rodríguez es menos ambiciosa, aunque requerirá, si encuentra capital estatal o privado que crea en ella, obras importantes.
La forma ingeniosa en que ha desarrollado la idea, partiendo de una central hidráulica convencional, pero sustituyendo la presión del agua que cae por la presión proporcionada por las bombas movidas por el balanceo de las olas, no parece presentar más problemas que los puramente tecnológicos derivados de la puesta en acción de considerables masas metálicas que, además, deben flotar. En cualquier caso, un inventor, español por añadidura, aporta nuevas ideas para resolver el panorama desolador de la crisis energética actual.
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