Ceaucescu propone una "revolución agrícola" en Rumanía para evitar una crisis a la polaca
Rumanía es el primer país del este europeo que reacciona con reformas ante los acontecimientos polacos, aunque con distintos métodos. El pasado jueves, el presidente y jefe del PC rumano, Nicolae Ceaucescu, declaró que su país «deberá realizar una revolución agrícola» en el próximo quinquenio 1981-1985 para permitir «un mejor aprovisionamiento de la población», y evitar así una crisis a la polaca.
En una reunión con agricultores en Bucarest, el líder rumano aludió claramente a las nefastas consecuencias de la política «de industrialización prioritaria», en detrimento de la agricultura, dando marcha atrás a sus propias manifestaciones del pasado año, durante el congreso del partido, donde insistió en el fortalecimiento del sector industrial.Los objetivos del próximo plan quinquenal más inmediatos son el aumento de la producción nacional de materias primas y fuentes de energía, así como el desarrollo de la agricultura.
En noviembre del año pasado, el dirigente rumano, en una reunión con los sindicatos, dejó bien claro que el partido comunista tiene el exclusivo papel dirigente y está contra la independencia obrera. El jueves, ante los agricultores, reiteró que la introducción de ciertas formas de autogestión en la agricultura rumana, el 92% estatalizada, irá unida «al reforzamiento del papel dirigente del PC rumano», incontestado de momento, y que ejerce el poder en uno de los Estados más represivos de la Europa del Este.
En su anuncio, Ceaucescu afirmó que en los próximos cinco años la producción agrícola deberá incrementarse entre un 24% y un 27% con relación al período 1976-1980, en el que no se alcanzaron los objetivos programados.
Entre las medidas para llevar a cabo esta revolución agraria, el conducator rumano señaló la lucha contra el despilfarro, extensión de la superficie cultivable (diez millones de hectáreas en 1985), incitación a los jóvenes técnicos para que permanezcan en el campo, aumento de maquinarias agrícolas y un reforzamiento de la autogestión.
El acento puesto por Ceaucescu sobre el desarrollo agrícola y las ventajas concedidas a los propietarios privados, el pasado mes de diciembre, se unen a las ya anunciadas por la URSS, que pretenden conseguir una mejora en los mercados interiores.
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