El Ayuntamiento de Villablino exige una emisora de radio
France Inter, durante el día, y las emisiones en onda corta de algunos países europeos, durante la noche, constituyen la principal cobertura radiofónica a que pueden acceder los 20.000 habitantes del valle de Laciana, en el extremo noreste de la provincia de León, desde hace más de una década.
A finales de los años sesenta la llamada Reforma Fraga suprimió la emisora municipal que, desde un instituto de enseñanza media de Villablino, emitía para los catorce pueblos del valle. Ahora, el Ayuntamiento de esta localidad ha solicitado la concesión de una nueva emisora -esta vez de frecuencia modulada (FM)- que pueda, al menos, difundir en diferido los informativos de Radio Nacional de España.La comarca de Laciana es hoy, paradójicamente, la mayor cuenca minera de la provincia de León, con una renta per cápita muy superior a la medía provincial, y también «un foco -el mayor- de aislamiento y subdesarrollo cultural», sólo comparable a los de las zonas más deprimidas del país. En un informe elaborado por el Ayuntamiento de Villablino para avalar la solicitud de la nueva emisora se señala que con 217 kilómetros cuadrados, catorce pueblos situados en cotas de mas de mil metros de altura e incomunicados por la nieve durante gran parte del invierno y una población flotante elevada -inmigrantes de Portugal y Cabo Verde que trabajan en las minas-, la comarca sigue siendo «una zona de sombra absoluta ».
El mismo informe destaca que ocasionalmente pueden escucharse «con bastante dificultad» algunas emisiones de onda medla de Madrid (RNE) y Barcelona, mientras que por lo que respecta a la frecuencia modulada, y a la segunda cadena de Televisión (UHF), ninguna emisión puede ser recibida y, en cuanto a la prímera cadena televisiva, la señal que se capta «es muy baja», a pesar de los numerosos reemisores piratas instalados por el Ayuntamiento a lo largo de los últimos quince años.
En función de estos condicionantes, el proyecto de programación de la futura emisora municipal presenta también características únicas: las emisiones tendrán un contenido diferenciado en cada época del año, para atender a las necesidades de los pueblos incomunicados por la nieve (invierno); a los movimientos de población de tipo estacional (turismo), y a la audiencia normal durante el resto de los meses. De las seis horas diarias de emisión, sólo un tercio se cubrirán inicialmente con espacio de producción propia y, en todos los casos, los bloques de carácter educativo o sociocultural ocuparán la mayor parte de la programación, dejando el resto para los informativos locales.
El alcalde de Villablino, Manuel Rodríguez Barrero, militante del PCE, considera que el informe oficial remitido al Ministerio de Cultura para solicitar la emisora está redactado en términos que podrían calificarse de benévolos para la responsabilidades que la Administración central ha contraído con el municipio. A las doce del mediodía y frente al edificio del Ayuntamiento, ningún receptor de radio puede sintonizar las emisoras nacionales que se citan en el informe, y sólo France Inter ofrece una nitidez absoluta en sus señales para los vecinos del valle. Uno de los servielos fundamentales de la futura emisora local será, en este sen-tido, el de dar en diferido los informativos de RNE -que ahora sólo pueden captarse ocasionalmente desde el centro emisor de Asturias.
Hay una unanimidad absoluta entre los grupos políticos representados en el Ayuntamiento, afirma el alcalde, a la hora de reivindicar la futura emisora, hasta el punto de que, «si no es autorizada, no tendremos ninguna duda en construir una instalación pirata».
Por lo que respecta al coste de la emisora, el Ayuntamiento ha elaborado un proyecto de inversión de poco más de un millón de pesetas para las primeras instalaciones -seis veces menos de lo que le han costado los reemisores de Televisión-, que, aun en el caso de multiplicar su coste varias veces, podrían ser financiados sin dificultad: el Ayuntamiento tendrá, gracias a las minas, un presupuesto ordinario de más de cien millones de pesetas en 1981.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.