Persiste el riesgo de guerra entre Perú y Ecuador

La batalla diplomática entre Ecuador y Perú ha comenzado. Ambos países tratan de demostrar ante los organismos internacionales que la agresión partió del país vecino y que sus respectivos ejércitos no hicieron otra cosa que defender el territorio nacional ante una invasión exterior durante el conflicto armado fronterizo de la semana pasada, que quedó zanjado el lunes en Brasilia con un acuerdo de alto el fuego.

El hecho de que el litigio fronterizo haya entrado en vía diplomática no anula completamente los riesgos de guerra, ya que los dos países han concentrado a ambos lados de la frontera grandes efectivos militares y, en cualquier caso, las respectivas posiciones son tan enfrentadas que todo pacto parece ahora mismo poco menos que imposible. Perú se remite constantemente al Protocolo de Río de Janeiro de 1942 y se niega a reconsiderar su frontera común con Ecuador. El hallazgo de un mar de petróleo bajo la cordillera hace que su posición sea ahora más dura que veinte años atrás.

Ecuador denuncia, por su parte, el tratado de Río de Janeiro, por estimar que le fue impuesto bajo presión militar.

El alto el fuego ha sido fruto de las gestiones realizadas por la diplomacia brasileña desde el comienzo del enfrentamiento. En este empeño han secundado a Brasil los representantes de Estados Unidos, Argentina y Chile, los cuatro países que en 1942 se erigieron en garantes del Protocolo de Río de Janeiro. Los agregados militares acreditados por las cuatro naciones en Brasilia han constituido una comisión que se encuentra ya en la zona peruana del conflicto para averiguar quién inició el ataque.

Ecuador rechazó ayer la consideración de Estados Unidos, Brasil, Argentina y Chile como países garantes de su acuerdo de alto el fuego con Perú, y estableció que han de ser considerados como meros países amigos o mediadores.