Margaret Thatcher reafirma su política monetarista

Margaret Thatcher, la primera ministra británica, está firmemente decidida a seguir adelante con su estrategia económica monetarista, a pesar del paro creciente, y no está dispuesta a provocar un relanzamiento de la economía británica. Ayer, por su parte, el Congreso Sindical Británico (TUC) pidió un gasto público suplementario de unos 1.200.000 millones de pesetas para el próximo año financiero.Margaret Thatcher se mostró muy segura de sí misma en una entrevista, el domingo, de una hora de duración y en directo, en la cadena independiente de la televisión británica. Otros Gobiernos anteriores, cuando las cosas estaban empezando a entrar en su cauce, «habían tenido miedo», señaló. «Abandonaron todo y huyeron, y provocaron una reflacción de la economía, lo cual es una palabra muy fina para decir que se imprime dinero que luego se vierte en la economía. No haremos eso», afirmó, «pues esa es la senda de la locura y la hiperinflación».

El entrevistador le cuestionó entonces sobre el desempleo y su relación con la política monetarista, cuyos costes sociales podrían llegar a 3,5 millones de trabajadores en el paro.

¿Cambiaría entonces su política monetarista por un enfoque más keynesiano? El monetarismo, replicó Thatcher, «no es una teoría. Viene confirmado por todo lo que ha ocurrido en el país en los últimos tres años». La primera ministra indicó, asimismo, que se seguirá ayudando selectivamente a las industrias en crisis, pero que no se repetiría el error que supuso la nacionalización de la British Leyland. También dio algunas indicaciones veladas de que el tipo de interés, el minimun lending rate (MLR), sería reducido próximamente, ya que el Gobierno británico está empezando a tomar en consideración el alto valor internacional de la libra, que perjudica a la política monetarista y va en detrimento de la industria nacional.

Por su parte, el TUC ha publicado ayer un nuevo plan para salvar a la economía británica, con un aumento del gasto público de 1.200.000 millones de pesetas, que provendrían de los ingresos por el petróleo del mar del Norte, un nuevo impuesto sobre la riqueza y un recorte de los gastos de defensa. El TUC quiere que se baje el MLR, que se controle el cambio de la libra, y que paren los recortes en el gasto público.