A finales de siglo habrá 600 millones de minusválidos en el mundo

Una persona de cada diez sufre deficiencias físicas o mentales. La población mundial experimenta un aumento de alrededor de quince millones de minusválidos cada año, y a finales de siglo, las personas necesitadas de ayuda especial serán casi seiscientos millones. Estas y otras cifras y conclusiones aparecen en un informe especial de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con motivo del Año Internacional de los Impedidos, proclamado por las Naciones Unidas para 1981.Otros datos destacados en el documento indican que hay en el mundo cuarenta millones de retrasados mentales, cuarenta millones con trastornos psquiátricos funcionales y diez millones con trastornos congénitos. El abuso de alcohol y de drogas ha incapacitado a cuarenta millones de personas.

Los expertos de la OIT calculan que habría que gastar anualmente veinticinco centavos de dólar más por minusválido, es decir, un total de cien millones de dólares para crear servicios elementales de rehabilitación, especialmente en las naciones en desarrollo, donde dos países de cada tres carecen incluso de los servicios básicos de rehabilitación, debido sobre todo a que en el mundo se invierte anualmente un centavo por cada persona incapacitada, mientras que se destinan más de cuatrocientos millones de dólares a armamento. Según el mismo informe, la readaptación es ventajosa en todo sentido, y se da el ejemplo de Estados Unidos.

Las estadísticas del departamento de Trabajo de Estados Unidos muestran que por cada mil dólares invertidos en la rehabilitación de una persona incapacitada, se generan 35.000 dólares, fruto del trabajo de esa persona durante toda su vida, parte de los cuales se destinarán al pago de impuestos federales y de los Estados. Se estima, asimismo, lo que resulta más elocuente aún, que el empleo de 100.000 personas incapacitadas agrega por lo menos quinientos millones de dólares al producto nacional bruto.

Los expertos de la OIT, haciéndose eco de la meta que anima al Año Internacional de los Impedidos -«lograr la plana participación e igualdad de los minusválidos»-, señalan en forma pragmática que esas dos metas no podrán lograrse a menos que los impedidos tengan la oportunidad de llegar a bastarse por sí mismos y participar en la vida económica activa.