La banca apuesta por Leopoldo Calvo Sotelo
En medios económicos y sociales, la dimisión del presidente Suárez ha causado sorpresa en cuanto a la forma y el tiempo en que se ha producido, aunque el hecho en sí, según las reacciones obtenidas por EL PAIS, no parece haber originado excesivo nerviosismo. La mayor preocupación acerca de la resolución de la crisis, se registra en los medios bancarios, donde, por otra parte, se habla con más decisión de los posibles nombres que pueden sustituir a Adolfo Suárez.
Entre los dirigentes de los principales bancos, la preocupación se centra en la falta de un líder en el primer partido del país. La actitud de Suárez, en este sentido, se compara en alguna medida con la adoptada por Felipe González ante la crisis del PSOE con ocasión de su 28º Congreso.«La diferencia radica», según se señala en los citados medios, «en que la crisis del PSOE no suponía demasiado trauma para el país si tenía que estar seis meses sin oposición; lo que no se puede soportar, ante la crisis de UCD, es estar seis meses sin Gobierno».
Entre los nombres que la banca baraja como sustituto ideal de Adolfo Suárez, sin duda es Calvo Sotelo el que figura en primer lugar. «También podría tenerse en cuenta a Rodríguez Sahagún, pero Calvo Sotelo es un perfecto conocedor del mundo empresarial, está familiarizado con empresarios y sindicatos, y además tiene un carácter frío, que le permite mantener un cierto distanciamiento de posturas apasionadas ante problemas concretos».
En terminología bancaria, los medios consultados por EL PAIS consideran que, dado el carácter más firme y apasionado de Rodríguez Sahagún, Calvo Sotelo representa «un valor más seguro como para no confundirse con su apuesta».
Entre los empresarios, Antonio Garrigues considera que la dimisión de Suárez «abre nuevas perspectivas políticas», aunque considera que UCD cuenta con hombres capaces de sustituirle. En el terreno de los nombres, menciona como posibles sustitutos de Suárez a Rodríguez Sahagún, Calvo Sotelo, Fernández Ordóñez y Landelino Lavilla. «Aunque estos dos últimos, por su vinculación con ideologías concretas, parecen contar con menos posibilidades».
Ante la posibilidad de elecciones generales anticipadas, Garrigues se muestra contrario a unos nuevos comicios antes de 1983 por considerarlos innecesarios. «Si UCD supiera dar la talla como partido democrático y dar el recambio a Suárez dentro de su seno, no serían necesarias. Si no ocurre así, habría que aceptar que son inevitables. Considero que hay un 70% u 80% de probabilidades de que se convoquen elecciones generales».
Garrigues concluyó sus declaraciones con la afirmación de que corresponde a UCD encontrar, «ella sola, como partido, la solución, y confío que este proceso se acepte por la opinión pública española con naturalidad. Me preocupa que se pudiera utilizar este momento para volver a hablar de Gobiernos de coalición, o de unidad o de gestión».
El juicio del presidente de la patronal catalana, Alfredo Molinas, que en recientes declaraciones a este periódico consideraba al Gobierno como incapacitado para sacar al país de la crisis y le descalificaba por -a su juicio- no ejercer la autoridad de gobernar, manifiesta su deseo de que el nuevo Gobierno no sea otro continuismo. «Espero que pueda representar un nuevo y valiente enfoque de los graves problemas que la sociedad y la economía española padecen, y que logre incorporar grandes dosis de esperanza e ilusión al pueblo español».
El pronunciamiento de la patronal como institución, a través de las declaraciones del presidente de la CEOE, Carlos Ferrer Salat, reitera su actitud de colaboración «para contribuir en el ámbito de nuestras responsabilidades como institución, y personalmente como ciudadanos, para que se pueda conseguir una rápida superación de las dificultades sociales y económicas por las que atraviesa España».
A título personal, Ferrer Salat manifestó su sorpresa por la decisión adoptada por Adolfo Suárez, y expresó su respeto por la actitud de dimitir, así como su admiración por «la generosidad y entereza en su mensaje».
Reacciones sindicales
El secretario general de Comisiones Obreras, Marcelino Camacho, considera la dimisión de Suárez como «el fracaso más absoluto de una política concreta», y asegura que «en este país hay fuerzas que operan en la sombra y no sabemos qué parte hay de cada cosa en esta crisis»..Nicolás Sartorius, miembro también del secretariado de CC OO, reiteró la teoría del partido comunista en el sentido de que «la crisis no es de personas, sino de sistemas», y calificó la política económica de Suárez como contraria a los intereses de los trabajadores.
La única reacción de UGT -cuya ejecutiva permanecía reunida para estudiar la situación creada con la decisión de Suárez- se concreta en las discretas declaraciones de Manuel Chaves, miembro de su órgano de dirección, quien considera que «no es momento de introducir elementos de distorsión que agraven la situación. Lo que es necesario es no aumentar más los traumas que puede estar registrando UCD en relación con su jefe de filas. Espero que resuelvan su crisis para bien del partido y del país».
Manuel Zufiaur, secretario general de USO, en una extensa declaración afirma: «Me parece que no es un buen presagio que el primer presidente constitucional haya caído en las condiones en que lo ha hecho. Creo que alguien está jugando a aprendiz de brujo, lo que puede tener consecuencias imprevisibles. Desde mi punto de vista considero que la crisis que supone la dimisión del presidente del Gobierno debe tener una salida escrupulosamente constitucional. Los posibles artífices de esta caída deben tener el coraje de asumir esta salida estrictamente constitucional».
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