González Seara y Bustelo critican a los sectores inmovilistas de la universidad

El ilustre oftalmólogo español José María Castroviejo fue investido ayer doctor honoris causa por la Universidad Complutense en un solemne acto académico, conmemorativo de la festividad de santo Tomás de Aquino, y en el que el ministro de Universidades e Investigación, Luis González Seara, y el rector de la Complutense, Francisco Bustelo, coincidieron en sus críticas al sector inmovilista de la universidad y en la convicción de que ésta necesita una reforma profunda, pero no la aventura de cambios revolucionarios.

El doctor Castroviejo, cuyos méritos y biografía fueron expuestos por el profesor Gallego Fernández, agradeció emocionado la investidura, que calificó como el acontecimiento más importante de su carrera.Tras la solemne investidura del doctor Castroviejo y la de los 415 nuevos doctores de la Universidad Complutense, el rector Bustelo expuso en un discurso los objetivos de su programa al frente de la primera universidad madrileña.

El rector agradeció a su antecesor en el cargo,. profesor Vian Ortuño, y a los miembros de su equipo, a quienes acababa de condecorar con las medallas de oro y de plata de la Universidad Complutense, los enormes esfuerzos realizados durante cuatro largos años, patentes en las sensibles mejoras experimentadas por la Universidad. Recordó posteriormente a todos los profesores del exilio, que simbolizó en las personalidades de Fernando de los Ríos y del ilustre historiador Claudio Sánchez Albornoz, a quien la Universidad Complutense rendirá homenaje en la primavera próxima.

Fuerzas retardatarias

«La universidad es una institución paradójica», dijo el profesor Bustelo. «Por tener como misión transmitir y acrecentar los conocimientos recibidos, parece que ha de encontrarse en vanguardia de la sociedad anunciando y prefigurando los tiempos futuros. Pero, por ser entidad de muy añeja solera, es inevitable: que encierre en su seno fuerzas retardatarias. Al amparo de la tradición, por temor al cambio, refugiados en la inercia, existen siempre personas que frenan el progreso».Se refirió después a la confusión y descontento derivados de la crisis general de la sociedad y al agravamiento de los problemas de España, «con la pesada herencia de la dictadura, que desmontó sin generosidad la universidad anterior a la guerra civil y no fue capaz de sustituirla por otra parecida o mejor».

El rector de la Universidad Complutense criticó la imprevisión con que se afrontó la expansión universitaria de los últimos años y aludió a la insatisfacción general del profesorado. Afirmó que, de los 35.000 profesores de enseñanza superior que existen hoy en España, más de la mitad viven en precario, y que el prestigio profesional y social del profesorado numerario tampoco se traduce en una compensación económica brillante.

Ofensiva contra la ley de Autonomía

En relación con las esperanzas suscitadas por la futura ley de Autonomía Universitaria, reiteró sus críticas a los sectores inmovilistas de la universidad. «Seguridad no tenemos de ese futuro distinto», dijo, «pues basta ver la ofensiva desencadenada estos días contra el proyecto en discusión, para saber cuáles son los obstáculos y de dónde proceden. Son los de siempre, los ofuscados, los que ponen el grito en el cielo simplemente porque se quiere cambiar un poco, sólo un poco, y con todas las de la ley, la deteriorada situación de la universidad».El profesor Bustelo señaló por último, como tareas fundamentales de su labor rectoral, el fomento de la participación de todos los estamentos en el gobierno y gestión de la universidad y la transparencia informativa, tanto sobre las acciones como sobre las omisiones de dicha labor.

Por su parte, el ministro González Seara aludió también en su intervención a las más recientes críticas sobre los propósitos y contenido del proyecto de ley de Autonomía Universitaria. En una clara referencia a un documento elaborado por la Asociación Independiente de Profesores Universitarios, dijo que «algunos se han dedicado a especular con supuestas estrategias maquiavélicas de política personal».

Nuevas fórmulas de estructura

Añadió el ministro que no existía otra estrategia que la reiteración de que «la universidad española necesita una nueva ley», y que esta ley reformista tiene que partir de la universidad que tenemos, «no tan desastrosa», dijo, «como algunos quieren hacernos creer».En cuanto a las dificultades que supone encontrar nuevas fórmulas de estructura, objetivos y funcionamiento, González Seara señaló que «solamente una persona dogmática o poco responsable puede tener una certeza absoluta de la universidad que necesitamos». Agregó que «esta es la razón -y no ninguna estrategia personal- de que yo haya afirmado y mantenido siempre la conveniencia de que la LAU sea elaborada y aprobada en el Parlamento con el mayor acuerdo posible entre las distintas fuerzas políticas».

Dijo finalmente el ministro que «para quienes no quieren cambiar nada porque piensan que han alcanzado, como las ostras, su máxima plenitud evolutiva, les conviene saber que la ruina de la universidad no va a provenir, como piensan algunos, de ensayar fórmulas nuevas, sino de querer mantener a toda costa una estructura caduca».