El proceso de rescisión de Las Ventas fue manipulado para provocar la caída de Larroque

Luis Larroque, vicepresidente de la Diputación de Madrid, ha sido el hombre fuerte en todo el proceso de rescisión del contrato de arrendamiento de Las Ventas y en la aprobación del nuevo pliego de condiciones para el concurso de arrendamiento de la plaza. Le corresponde, por tanto, buena parte del mérito de está trascendental decisión, pero al tiempo ha de asumir los reparos que se han puesto a sugestión. En la que, por cierto, hubo una maniobra política para provocar su caída.

Pregunta. Se le acusa de que la decisión de rescindir debió adoptarla mucho antes; incluso negó su apoyo al diputado centrista Eduardo González Pelayos, cuando éste se oponía a la cesión de titularidad de¡ arrendamiento a Taurina Hispalense.Respuesta. Como diputado visitador de la plaza que fui en un principio, no podía hacer nada. La figura era muy endeble jurídicamente, de poco peso específico para todos los estamentos taurinos, y cualquier decisión que pudiera adoptar se ligaba de inmediato a mis intereses personales o de partido. Esta situación la comprendí inmediatamente, y como me planteaba muy seriamente los problemas que acarreaba la administración de la plaza de Las Ventas, propuse la constitución del consejo de administración del coso (consejo taurino) y desaparición de la figura de visitador. Y el tiempo me ha dado la razón porque efectivamente, el consejo ha sido un instrumento de gran valor que a lo largo de sus más de treinta reuniones durante 1980 ha establecido una corresponsabilidad entre los partidos y también jurisprudencia, con toda una filosofía taurina de la fiesta, que han sido asumidas por los partidos. Hasta la creación del consejo, la Diputación se limitaba a cobrar el canon de arrendamiento de la plaza de toros, sin más preocupaciones. Desde entonces, los diputados tienen conciencia de su responsabilidad en el desarrollo del espectáculo; de su condición de administradores de un servicio público; de los componentes culturales que tiene el derecho taurino en el que muy directamente intervenimos. Ya no somos simplemente rentistas y sabemos que tenemos la obligación de intervenir, con el esfuerzo que sea preciso, para que el pueblo de Madrid tenga en el ámbito taurino el servicio público que le es debido. Cuando esta nueva situación tomó cuerpo en la casa, fue el momento de abordar la solución de los problemas que nos planteaba el contrato de arrendamiento vigente y la gestión de la empresa que explotaba el coso.

P. Pero la rescinsión a la que se ha llegado llevó demasiado tiempo, casi cuatro meses.

R. No pudo hacerse de otra manera. En el consejo habíamos estado valorando, punto por punto, el desarrollo de la temporada y cuando ya finalizaba ésta, exactamente el 8 de octubre, presenté la propuesta de rescisión y la dimisión como presidente del consejó, donde me sustituyó Joaquín Tejeiro. Posteriormente se produjo la dimisión de Carlos Revilla como presidente de la Diputación, lo que produjo una paralización en muchos temas, entre otros el de la rescisión, de tal forma que el oportuno expediente no pudo iniciarse hasta el 11 de noviembre. Con la llegada a la presidencia de Rodríguez Colorado, a quien debo rendir público homenaje por la forma en que asumió el problema y la celeridad y acierto con que abordó su resolución, ya todo fue más rápido y, sencillo. Pero hay más. En todo el proceso de cambio de presidente de la corporación, con la conocida ruptura del grupo socialista, hubo un intento de manipulación de la cuestión taurina, pues había quienes creían que por este procedimiento podían provocar mi caída. Esto, como es lógico, produjo también varias demoras. Luego está la postura de parte del alto funcionariado, que puso muchos obstáculos para que llegáramos a la rescisión. La tarea, en definitiva, ha sido muy dura. Pero estoy convencido de que ha merecido la pena. Tenemos en estos momentos un pliego de condiciones con el que es posible promocionar la fiesta de toros en Madrid; un consejo ya rodado y maduro, que se dedicar al también a ello, con una estructura organizativa adecuada, y para el que en breve nombraremos gerente. Es decir, que ahora podemos trabajar bien y los tres partidos unidos. Incluso UCD, pues aunque se abstuviera en la votación de la rescisión, sabemos que está en la línea de que la corporación intervenga de lleno en la cuestión taurina.