La bioingeniería podría ahorrar miles de millones en importación tecnológica

De los 10.000 millones de pesetas que gasta en equipos sanitarios sofisticados la Seguridad Social todos los años, prácticamente el 80% podría ser adquirido y fabricado en España si la industria y la tecnología nacionales en este campo recibieran el apoyo que necesitan. La afirmación fue hecha por Ángel Gonzalo, presidente de la Asociación de Ingenieros de Telecomunicación, en el acto inaugural del I Simposio sobre Bioingeniería.Ángel Gonzalo señaló igualmente que parecía como si no se quisiese fomentar el desarrollo de esta actividad industrial, que, sin embargo, preocupa enormemente a todos los países por su indudable interés futuro a corto plazo. En su discurso, Gonzalo denunciaba así la dependencia exterior en material sanitario que padece actualmente España, dependencia que tiende a aumentar, y contra la cual sólo caben tres tipos de acciones: promoción de la industria nacional del ramo ingeniero-sanitario, preparación de personal técnico y creación de la figura del bioingeniero.

El I Simposio sobre Ingeniería Biomédica fue inaugurado por el rector de la Universidad Politécnica de Madrid, Rafael Portaencasa, el pasado miércoles 21, y fue clausurado ayer, después de haber analizado en tres jornadas de trabajo sesenta ponencias, que marcan el encuentro entre dos colectivos de importancia decisiva en el campo de la bioingeniería: por una parte, los médicos; y biólogos, y por otra, los bioingenieros, término que engloba a matemáticos, físicos, informáticos e ingenieros de distintos campos.

Jerónimo de Ugarte, presidente del comité organizador del simposio, señaló que en el mundo actual la tecnología condiciona el desarrollo de la medicina y que la falta de rentabilidad de materiales costosos en los hospitales se debe, en la mayoría de los casos, a un desconocimiento de todas las posibilidades que ofrece su manejo por parte del personal sanitario.

Uno de los campos en los que la ingeniería biomédica presenta más posibilidades en la actualidad es el de la neurofisiología. Dos importantes especialistas -José Manuel Rodríguez Delgado, jefe del Departamento de Investigación del Centro Ramón y Cajal, y José Oliveros, jefe del Servicio Central de Neurofisiología del Hospital Clínico de Madrid, se han pronunciado al respecto durante el transcurso del simposio.

Intercambio de información con el cerebro

Rodríguez Delgado afirmó que los centros de placer y de dolor en el cerebro están ya localizados, y se puede influir sobre ellos mediante estímulos eléctricos, por medio de electrodos. En su opinión, un aspecto fundamental de la bioingeniería es precisamente el intercambio de información con el cerebro, administrando y recogiendo señales eléctricas, con el fin de influir sobre su funcionamiento y estudiar sus mecanismos neurológicos.Por su parte, José Oliveros declaró a Efe que los electroencefalogramas serán automatizados para el análisis y el diagnóstico en un plazo de cuatro a cinco años. El doctor Oliveros señaló igualmente que las aportaciones de la bioingeniería para lograr una mayor rapidez y seguridad en el diagnóstico de las enfermedades mentales son muy importantes. Solamente en el campo de los psicofármacos, hoy se puede determinar, con sólo aplicar pequeñas cantidades a diez personas sanas, los efectos que puede producir una sustancia determinada, gracias al uso de ordenadores, cuando antes se precisaba no menos de dos años. Lo cual no significa que la investigación clínica de los psicofármacos ya no se realice, pero sí que, así, antes de iniciarla, ya es posible conocer los efectos que se van a inducir, con las ventajas que ello supone (ahorro de tiempo, estudio más detallado de los efectos, etcétera). El doctor Oliveros señaló finalmente que caminamos hacia una medicina automatizada en la que el médico será el «cerebro» y orientador de complejos equip9s electrónicos de gran rapidez y seguridad.