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Después de la pesadilla

Carter se entrevistó anoche con los ex cautivos en Wiesbaden

El ex presidente norteamericano Jimmy Carter efectuó, a última hora de la tarde de ayer, una visita relámpago a Alemania Occidental para entrevistarse, como representante del presidente Ronald Reagan, con los 52 rehenes norteamericanos internados desde ayer por la mañana en el hospital militar norteamericano dé Wiesbaden.Carter, que se declaró feliz de realizar esta misión, por llevar consigo «toda la alegría y el alivio de la nación», llegó al aeropuerto Rin-Main, de Francfort, a las 20.30 horas (hora de Madrid). Allí le esperaba el canciller alemán, Helmut Schmidt.

Carter se desplazó a continuación a Wiesbaden, a unos cincuenta kilómetros de Francfort, donde se entrevistó durante casi una hora con todos los rehenes. Tras conceder una breve conferencia de Prensa, el ex presidente norteamericano regresó, a las 22.45 horas, a Estados Unidos.

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A las 18.45 horas de ayer tomaba tierra en la base militar norteamericana de Rin-Main, anexa al aeropuerto de Francfort, el primero de los dos reactores ambulancia de la USAF que habían salido esa misma noche de Argel con los 52 rehenes liberados en Teherán. Apenas se abrieron las puertas del primer avión -el segundo tomó tierra instantes después-, unos 3.000 norteamericanos, concentrados al borde de las pistas, prorrumpieron en gritos de bienvenida mientras agitaban banderitas de su país y pañuelos amarille.s. De la torre de control pendía una larga oriflama del mismo color, símbolo de la esperanza. En la escalerilla apareció primero uno de los rehenes, seguido de las dos mujeres que durante 444 días compartieron la misma suerte. Los que los esperaban lanzaron al aire sus gorras militares, mientras el grupo de rehenes descendía a tierra. Su aspecto físico era bueno y no reflejaban fatiga alguna.

El ex secretario de Estado norteamericano Cyrus Vance, que llegó a Francfort la víspera, fue abrazándoles uno por uno con gran emoción. Junto al ex secretario también se encontraban en el aeropuerto una representante del Gobierno federal alemán y el jefe del Gobierno regional de Hesse. Durante diez minutos los repatriados se mezclaron con la gente, hasta que algunos enfermeros les pidieron que subieran a los dos autobuses preparados para su traslado al hospital militar americano de Wiesbaden. Policía alemana y motoristas de las fuerzas norteamericanas escoltaron a los autobuses durante el recorrido, de unos cincuenta kilómetros, hasta el hospital.

El hospital militar de Wiesbaden es el mayor con que cuenta Estados Unidos fuera de su territorio. Se encuentra instalado en un antiguo edificio construido en 1938 para el Ejército del Reich, y fue el primero que conquistaron las tropas norteamericanas al en trar en Wiesbaden en febrero de 1945. En la actualidad cuenta con cuatrocientas camas y una plantilla de ochocientas personas. Dentro ya del recinto del hospital, a cuyas ventanas se asomaban pacientes y enfermeros, se les tributó a los rehenes iguales muestras de simpatía que en el aeropuerto.

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Según John Cannon, uno de los portavoces del Departamento de Estado destacado a Wiesbaden, aún no puede emitirse una opinión sobre el estado anímico de los rehenes. Algunos de ellos supieron que iban a ser puestos en libertad sólo quince minutos antes de su traslado al aeropuerto de Teherán. El más joven cuenta veinte años, y el mayor, sesenta. Casi todos son solteros. De los veintisiete médicos norteamericanos llegados expresamente para atenderlos, la mayor parte son psicólogos. Al parecer, pretenden también realizar un estudio científico sobre el. fenómeno conocido como síndrome de Estocolmo: el caso de una mujer sueca, que retenida por un secuestrador, acabó simpatizando tanto con él que al final ambos se casaron.

Los 52 rehenes se acomodaron inmediatamente en sus habitaciones, que eligieron entre individuales o colectivas. Tras telefonear a sus familias -para ello cuentan con líneas permanentes-, decidieron descansar. En las habitaciones se han puesto a su disposición colecciones de videocintas sobre los acontecimientos internactonales más sobresalientes ocurridos durante su retención en Irán.

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