Pujol explicó al Papa los problemas con que se enfrenta Cataluña

La primera visita de un presidente de la Generalidad al Vaticano ha sido seguida en la capital con el máximo interés, sobre todo porque Jordi Pujol fue también recibido por el presidente de la República, Sandro Pertini, a pesar de que su visita era privada.Desde que se conoció la noticia del encuentro de Pujol con Juan Pablo II se empezaron a hacer en Italia las hipótesis más diversas. En dos conferencias de Prensa, el presidente Pujol dijo, sin pelos en la lengua, que había venido para decirle al Papa y a las rriás altas jerarquías vaticanas que, cuando Juan Pablo II habló en la Unesco de comunidad de lenguia y conciencia histórica, de la educación de hombres que poseen poca o mucha autonomía política, no puede referirse sólo a Polonia o Lituania o Letonia, ya que es este también el caso de Cataluña.

En la rueda de Prensa, el señor Pujol afirmó que no le tocaba a él tramitar asuntos como el del viaje del Papa a Cataluña. o el problema del nombramiento ele obispos. A la pregunta de EL PAÍS: ¿cuáles son entonces los temas concretos que usted ha tocado en el Vaticano?, el presidente Pujol respondió: «Mi función ha sido sólo informativa. Yo no tengo autoridad para tramitar cosas que pertenecen, por ejemplo, a los obispos, pero es evidente que he querido presentar al Vaticano cuáles son los verdaderos problemas que hoy tiene planteados Cataluña».

Lo cierto es que, según fuentes bien informadas, Pujol vino al Vaticano con dos preocupaciones bien concretas: la preparación del viaje del Papa a Cataluña y, concretamente, a Montserrat y el problema de los obispos de origen catalán. Con el anterior nuncio Dadaglio, con quien Pujol se encontró ayer en Roma, todos los obispos de la Generalidad fueron catalanes. Pero ¿qué podría suceder con el nuevo nuncio Innocenti? Y no es extraño que Pujol quiera ir más allá. Sería posible crear una especie de conferencia episicopal catalana, la cual, lógicamente, no sería antitética, pero si complementaria de la Conferencia. Episcopal española.

Finalmente, el presidente de la Generalidad quiso subrayar que el presidente de la República, Sandro Pertini, le expresó no sólo su simpatía hacia el rey Juan Carlos, sino también un juicio político muy concreto: «Estoy seguro», dijo, «que sin la acción inteligente del Rey hubiese sido imposible o, por lo menos, muy difícil el pasaje incruento a la democracia.».