Expectación en Sevilla ante la exposición antológica picassiana

Más de mil personas acudieron en la noche del pasado lunes a la inauguración oficial de la exposición de grabados de Pablo Picasso en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. El acto estuvo marcado, precisamente, por esta insólita asistencia, que continuaba ayer por la mañana, cuando se contabilizaban más de setecientos visitantes en dos horas y media.En realidad, la expectación estaba justificada por ser la primera vez que una parte importantes de la obra picassiana puede ser contemplada en Sevilla. La exposición Obra gráfica original. 1930- 71, consta de 104 grabados que, aunque representan apenas un 5% de los que Picasso imprimió, reflejan todas sus etapas y cambios estilísticos en los cuarenta años en cuestión.

Se da la circunstancia, además, de que, una vez celebrada esta exposición, no podrá en adelante ser vista completa, ya que después de la clausura se dividirá en varias partes para integrarse en exposiciones itinerantes -homenajes a Pablo Ruiz Picasso en el centenario de su nacimiento- y pasar posteriormente a distintos museos. La exposición permanecerá abierta al público hasta el próximo 15 de febrero.

El profesor Antonio Gallego, que pronunció la conferencia inaugural de la exposición, señaló que el primer grabado de Picasso lo hizo en 1899, en su época barcelonesa de Els Quatre Gats, y al darse cuenta de que la imagen, lógicamente, aparecía invertida, exclamó: «Coño, si tiene la vara en la mano izquierda» (se trataba de un picador de toros), y le puso nombre a la obra: El zurdo. Por cierto que casi la mitad de los grabados ahora expuestos no tienen título original.

Por otra parte, dentro de los actos conmemorativos del centenario, ayer se proyectaron las películas Regard Picasso, de Nelly Kaplan, y Guernica, de Hessens y Resnais. Otras películas se ofrecerán en días sucesivos, dentro de un ciclo programado por el Instituto Francés y el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla.

Pablo Pícasso es protagonista también de una exposición de su obra en la galería Fúcares, de Almagro (Ciudad Real). Se trata de una colección de aguafuertes, aguatintas y puntas secas en las que domina el tema erótico.