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La Unión Soviética redobla sus ataques contra las "fuerzas antisocialistas" polacas

El aumento de la tensión en Polonia, a raíz del nuevo enfrentamiento entre sindicatos libres y Gobierno, por el tema de los sábados libres, ha, provocado una dura, reacción en la Prensa soviética, que ayer redobló sus ataques contra Occidente y las «fuerzas antisocialistas y antisoviéticas del interior de Polonia»

Los órganos oficiales del partido comunista (PCUS), Pravda -del Gobiemo-, Izvestia y la agencia Tass, coincidieron en sus artículos y despachos en la crítica a las denominadas «fuerzas antisocialistas» y el apoyo que reciben de Occidente.Los tres medios de comunicación fueron apoyados por Cultura Soviética, que en un largo artículo acusó a círculos imperialistas de apoyar a los enemigos del socialismo en Polonia, que fueron identificados en los nombres de Lech Moczulski, líder del partido (ilegal) Confederación para la Polonia Independiente (KPN), actualmente en prisión, y los dirigentes del Comité de Autodefensa Obrera (KOR) Adam Michnik y Jacek Kuron, uno de los consejeros privados de Lech Walesa.

Precisamente ayer, el diario del Ejécito polaco, Zolnierz Wolnosci, acusó a Kuron de representar un papel en contra de la seguridad del Estado. «Por una parte», dijo el periódico, «Kuron quisiera evitar los tanques (soviéticos), y por otra, se dedica a agravar la situación y provocar antagonismos, atacando las autoridades para debilitarlas».

Por su parte, Izvestia denunció ayer «el apoyo de los medios reaccionarios occidentales a la contrarrevolución» en Polonia, y acusó a Michnik y Kuron de querer «instaurar un régimen pluralista y revisar la política exterior de Polonia». Para el periódico, la Prensa occidental no sale mejor librada, y la acusó de una tenaz «campaña antipolaca».

Con relación al comentario de Tass, la agencia, en un despacho firmado en Varsovia, afirmó que «la utilización por las fuerzas antisocialistas de los acuerdos de Gdansk y del sindicato Solidaridad tienen como fin disgregar la cohesión monolítica del régimen de Polonia y hacer fracasar la unidad de la comunidad de países socialistas».

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Duelo Gobierno-sindicatos

Por lo que respecta a la situación interna de Polonia, la jornada de hoy sábado, declarada libre por Solidaridad y laborable por las autoridades, representará un nuevo paso en la confrontación entre obreros y Gobierno, en el que ambas partes medirán sus fuerzas, pasados los momentos de nerviosismo del pasado mes de diciembre, cuando fueron insistentes los, rumores de invasión.

Conocidas las resoluciones de Solidaridad del miércoles y jueves último, de apoyar toda iniciativa obrera para que hoy no se trabaje, el Gobierno presidido por Jozef Pinkowski, además de alertar a los sindicatos de que la situación económica polaca no puede permitir los sábados festivos, propuso una semana de 42 horas y media como medio de conceder el fin de semana completo, o cuarenta horas y dos sábados libres. Ambas posibilidades fueron rechazadas por los obreros, que redoblaron sus críticas al Gobierno, a quien acusaron de violar los acuerdos de Gdansk del verano pasado.

Los cincuenta delegados de Solidaridad, reunidos en Gdansk, expresaron el pasado jueves su indignación por lo que llaman engaños de las autoridades y aceptaron los criterios de una base cada día más convulsionada.

Walesa intentó en los primeros momentos contener las posiciones más radicales e intentar un compromiso, que resultó del todo imposible cuando ante las continuadas protestas Walesa dijo: «Hemos asumido nuestras responsabilidades; ahora lucharemos». Una estruendosa ovación rubricó sus palabras.

Realismo pragmático

Inmediatamente, un obrero replicó al líder sindical sobre su carácter conciliador cuando se trata de mpvilizar al sindicato para que algunos dirigentes políticos,sean cesados. Walesa contestó sin ambages: «Sabéis que no le tengo miedo a nada. Sería el primero en ir al encuentro de los tanques (soviéticos) y el último en abandonar el campo de batalla, pero los muros no se derriban a cabezazos. No tenemos elección en Polonia: debemos vivir con el partido y con el Gobierno».

La firme decisión de los sindicatos independientes ha sido sorprendentemente respaldada por los restos del sindicalismo oficial, agrupados en los denominados sindicatos de ramo, que se pronunciaron ayer por los sábados libres e indicaron su apoyo a Solidaridad y a los obreros que decidan no asistir hoy al trabajo.

A pesar del pulso recomenzado, obreros y Gobierno tratan de desdramatizar en lo posible la situación, y ayer se anunció que el próximo día 22 tendrá lugar una reunión, la segunda desde la creación de Solidaridad, entre WaIessa y el primer ministro, Pinkowski.

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