Murió Manuel Gago, creador de "El Guerrero del Antifaz"
El Guerrero del Antifaz no ha muerto todavía para los lectores infantiles que devoraron sus tebeos en la posguerra. Pero, lamentablemente, su creador, Manuel Gago García, falleció el pasado día 29 en Valencia.
«Los americanos tienen a Superman y los españoles al Guerrero del Antifaz». Ambos son héroes que causaron un impacto considerable en el arte popular. El profesor de Historia del Arte en la escuela de Bellas Artes de Valencia, Facundo Tomás, señala asimismo que «responde al prototipo tradicional del personaje que resuelve los problemas por sí solo en contra de los malvados. Se esconde tras un uniforme y una máscara y siempre vence. Gago añadió un componente claramente hispánico como es el enfrentamiento racial del cristiano contra los moros».Nacido en Valladolid en 1925, hijo de un comandante del Ejército republicano, llegó a Valencia siendo niño. Con sólo diecinueve años creó los dibujos y diálogos del famoso guerrero, especie de cruzado, salvador de damas desvalidas, que ayudó a compensar la falta de medios económicos en aquellos años con la honra combativa y defensora de los principios más puros de la épica cristiana.
Fue uno de los promotores de la llamada Escuela Valenciana de la historieta, cómic o tebeo, por la gran capacidad creativa con que irrumpió en el medio artístico de esta ciudad y la popularidad que adquirieron los personajes imaginados en sus dibujos. En sus historietas destacaban en especial la movilidad de las figuras junto a un realismo de situaciones y efectividad del lenguaje y forma elegidos.
Satisfecho con el éxito del Guerrero, fundó seis años después la editorial Garga, en 1950, y también la editorial Maga, ésta junto con sus hermanos. Pero la censura comprendió hacia los años sesenta que por medio de las historietas de dibujos se popularizaban mensajes ideológicos muy claros. De ahí que también se persiguiera esta expresión artística, lo que supuso una época de vacas flacas y la desaparición, en 1966, del Guerrero del Antifaz (lo editaba Editorial Valenciana) mientras Gago dedicó la editorial Maga a la difusión de cromos infantiles. Otras historietas del fallecido dibujante fueron el Capitán Negro, el Pequeño Luchador, el Mosquetero Azul, etcétera.
No obstante, el Guerrero reapareció tiempo después también con gran éxito. Según se ha comentado alguna vez en los círculos culturales de Valencia, Gago se identificó de tal forma con su personaje que en su tardía boda, en fecha relativamente reciente, se cubrió los ojos con un antifaz. Igual es una ficción más, imaginada por sus admiradores que soñaron heroicas aventuras cubiertos por la gran cruz, el escudo y el antifaz.
El pasado año, la sala Parpalló abrió en Valencia una exposición dedicada a la trayectoria de la producción de tebeos en el País Valenciano. Sin saberlo se trató del último homenaje a la obra de Manuel Gago, que copó junto a otros autores (las series de Jaimito y Roberto Alcázar y Pedrín) las lecturas infantiles de los años cincuenta.
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