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José Luis Verdes, premio Puerto Príncipe de Pintura

Con el cuadro Los que desaparecen o somos desaparecidos, José Luis Verdes de la Riva ha ganado el Gran Premio del I Certamen Internacional de Pintura Puerto Príncipe, dotado con 300.000 pesetas y concedido por decisión de un jurado del que formaban parte los críticos de arte Consuelo de la Gándara, Sol García Conde, Fernando Mon, la marquesa de Santa Cruz de Ynguando; los marchants Clotilde Fonseca, Fernando Durán y Fernando Fernán Gómez; el pintor Juan Francisco Toro de Juanas, el arquitecto Eduardo Oria y el coleccionista Vicente Pitarch.Los restantes premios del certamen correspondieron al pintor brasileño Armando Sendín, el Premio Cemesa, dotado de 200.000 pesetas; al joven pintor español Alfredo Piquer, el Premio Prestige Magazine Internacional, consistente en la misma cantidad, y al pintor argentino Carlos Lantero, el Premio de la agencia de viajes Prestige Internacional Tours, consistente igualmente en 200.000 pesetas.

El Premio Aerolíneas Cemesa para artistas andaluces, y dotado con 150.000 pesetas, correspondió a la pintora malagueña María José Vargas Machuca; el Premio Fuensol-Puebla Lucía, dotado con 200.000 pesetas, correspondió a la artista Marián Rivas; el Premio Estudio-5, dotado con 100.000 pesetas, al artista Rafael Amezaga; el Premio Entreprise Jean Spada, al artista Jorge Ludueña, y el Premio Hotel Alay, aljoven artista sevilla no José Luis Domínguez.

Se votó por unanimidad la concesión de un premio especial del jurado al envío realizado por el artista sevillano Rafael Villanueva y se concedieron diez premios de adquisición, otorgándose una mención de honor especial a la artista canadiense María Guedó y veinte menciones de honor.

Al certamen se habían presentado 1.150 artistas, que representaban un total de 2.650 obras, de las cuales se seleccionaron 340 y sólo pudieron ser exhibidas 125.

La obra de José Luis Verdes, Los que desaparecen o somos desaparecidos, es una continuidad por otros caminos del tema que ya ha enfrentado en muchas ocasiones por diversos sistemas y métodos plásticos. La idea del hombre anónimo, inmerso en la multitud, prácticamente olvidado y omitido de los grandes centros de atención, claramente persuadido de que no será conocido jamás y prácticamente a nadie podrá comunicar sus pesares y zozobras, está expresada con una técnica que tiene sus orígenes en la alternación de los límites del cuadro que planteó Lucio Fontane, unas siluetas recortadas en la parte superior del cuadro se corresponden con otras figuras apenas insinuadas de gente que camina en la parte inferior. No es la multitud el protagonista, sino el hombre perdido y sumergido en ella.

Más que en los cauces de la pintura, el cuadro premiado incide en el universo cambiante y sugestivo de la experiencia plástica, es una obra en la que la profundidad del mensaje discurre paralelamente con el intento de instrumentar una técnica nueva.

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