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La OPEP aprueba un subida del 10% en sus crudos, que regirá durante el primer semestre de 1981

ENVIADO ESPECIAL, La OPEP, en una de sus conferencias ordinarias más breves de los últimos cuatro años, aprobó ayer, en Bali (Indonesia), una nueva y complicada estructura de precios del petróleo, que al aplicarse representará, por término medio, una subida generalizada del 10% en todos los tipos de crudo. Para España, la decisión de la OPEP significará un encarecimiento de nuestra factura de petróleo en 1981 del orden del 10% citado. El costo de nuestro barril medio importado pasará de 33 a 36 dólares, aproximadamente, durante la primera mitad del año próximo, lo que significará un nuevo incremento de los productos energéticos en enero.

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Aunque el porcentaje de la subida variará según el tipo de crudo y la política particular de cada país miembro de la OPEP, la nueva fórmula establece que el Arabian light, tipo de crudo producido por Arabia Saudí, de una calidad 34 api, pasará de treinta a 32 dólares por barril, mientras que los crudos de más alta calidad, como el libio, argelino y nigeriano, podrán alcanzar un techo máximo de 41 dólares. Ahora cuestan 37 dólares por barril, sin contar las primas ocasionales.La novedad de la nueva fórmula de la OPEP es el establecimiento de un tercer baremo para cifrar el precio del crudo del golfo, con superior calidad a los 34 grados api. Para éste, el precio marcado será de 36 dólares. Lo que esto significa es que el petróleo procedente de los países del golfo (Emiratos, Qatar, Kuwait, principalmente) pueden alcanzar esa cantidad y teóricamente sobrepasarla.

En términos efectivos, la subida aprobada en Bali representa un 10% más, por término medio, de lo que se paga actualmente en el mercado. La excepión es Arabia Saudí, cuyo petróleo sólo subiría de treinta a 32 dólares, es decir, una alza del 7% aproximadamente.

"Uno de los máximos interrogantes de la nueva fórmula es el tiempo durante el que será efectiva y, asimismo, el momento en que cada país miembro elegirá para anunciar su respectiva subida. A este efecto, el comunicado final de la reunión, por primera vez, es ambiguo, aunque el ministro de Energía y Minas de Venezuela, Humberto Calderón Berti, declaró que las subidas de precios se anunciarán antes del fin de año y serán efectivas durante el primer semestre de 1981.

Por su lado, el ministro libio de petróleo, Abdussalam Zagaar, declaró a EL PAÍS que la decisión de incrementar los precios, así como su cuantía, dependerá de la situación del mercado. A este respecto, señaló que la subida podría ser inferior a lo autorizado y fijarse por debajo de los 41 dólares. Calderón Berti señaló, a su vez, que el crudo venezolano se fijará en torno a los 35 dólares por barril el primero de enero próximo.

La rapidez con la que se alcanzó el acuerdo sorprendió a los seguidores informativos habituales de esta 59ª conferencia ordinaria de la OPEP. Aunque se daba por seguro una inminente subida del precio saudí hasta 32 dólares, no se esperaba que los crudos de máxima calidad superaran la barrera psicológica de los cuarenta dólares.

Expertos del mercado mundial de crudo no esperan, sin embargo, que las subidas que cada país productor anunciará antes del fin de año lleguen al límite autorizado por la OPEP. Ni las condiciones del mercado ni las economías occidentales podrían resistir una subida de inmediato del 10%, aunque quizá ese sea el objetivo de la OPEP, que desea forzar a los países industrializados a reducir los altos volúmenes de existencias (consumo superior a noventa días) que tienen almacenadas.

Por otro lado, el mercado libre de Roterdam (spot market), se encuentra a la baja en las últimas semanas, con unos precios que no llegan a 37-38 dólares, después de haber superado los 44 dólares por barril a mediados de noviembre. Con unos precios oficiales en torno a los 36 dólares por término medio, la demanda del crudo en los países industriales se retraería considerablemente, lo que produciría obviamente un agravamiento de la tendencia recesiva de la economía.

Otro factor que puede condicionar la subida de los precios es la reanudación paulatina de las exportaciones de Irán e Iraq, los dos países miembros de la OPEP en situación de guerra y con sus ventas de crudo al exterior prácticamente interrumpidas o a un bajo nivel. Las estimaciones de la propia OPEP, según Calderón Berti, es que Irán e Iraq reanudarán al máximo sus exportaciones a mediados de 1981, a menos que la guerra conozca un nuevo estallido.

A juzgar por el comportamiento de los dos países en esta conferencia de la OPEP, no parece que ni Irán ni Iraq estén interesados en ello. Ambas delegaciones sorprendieron notablemente por su exceso de cordura, pese al cruce de declaraciones que se hicieron al final de la conferencia. La negociación previa a la reunión por parte del resto del consorcio, a este efecto, sirvió para que la OPEP ofreciera, esta vez, una clara imagen de unidad y solidaridad.

Es curioso comprobar, a este respecto, que la unidad de la OPEP interesa, en estos momentos, tanto a los productores como a los consumidores. Según la nueva teoría del experto alemán en temas económicos, profesor Lauffen, recogida por Business Week y The Wall Street Journal, la OPEP representa la última esperanza del mundo industrializado para mantener la estabilidad en el volátil mercado mundial de crudo. Sin ella, los precios del petróleo se dispararían en una situación en que la demanda supera la oferta.

En estos momentos, la OPEP está exportando veinticuatro millones diarios de barriles, por los veintiséis que exportaba antes de la guerra irano-iraquí, el pasado septiembre. Con la reanudación de las exportaciones, esta diferencia de dos millones diarios de barriles se ha ido paulatinamente reduciendo, pero sin llegar siquiera a semejarse a la situación que existía en septiembre, cuando la OPEP podía producir hasta

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veintiocho millones diarios; entonces tuvo que forzar el acuerdo (en Viena) de reducir la producción para no provocar una baja en los precios.

Respecto al equilibrio entre oferta y demanda, el comunicado final de la 59ª conferencia se abstiene de hacer ningún comentario sobre el propósito de los países de la Agencia Internacional de Energía (AIE), incluida España, de reducir un 10% su consumo de crudo en 1981. Tan sólo algunos ministros de los países miembros del consorcio consideraron, a título personal, positiva esta política. No obstante, existe el convencimiento de que ésta es la única manera de impedir mayores aumentos de precios en el mercado de petróleo.

Según el comunicado la próxima reunión de la OPEP se celebrará el 25 de mayo de 1981, en Ginebra. Esta fecha da a entender que los precios acordados en Bali permanecerán en vigor hasta esa fecha.

Las subidas en el precio de los crudos acordadas por los países productores de petróleo en Bali pueden suponer para España una factura adicional en 1980 próxima a los 50.000 millones de pesetas, según las primeras estimaciones recogidas por Europa Press en medios del sector petrolero.

No obstante, todavía no ha habido contactos entre las compañías refinadoras desde la publicación de las decisiones de la OPEP y no se ha formulado ninguna estimación conjunta. Entre estas compañías se expresaba la pasada semana la esperanza de que la OPEP no subiera los precios, debido a la situación de las existencias y a la relativa tranquilidad del mercado spot del petróleo.

Por otra parte, la Comisaría de la Energía, del Ministerio de Industria, no se ha aventurado todavía a facilitar una estimación oficial sobre la factura adicional para España.

Sin embargo, fuentes de Industria han recordado que en los primeros nueve meses de este año España ha importado 38,1 millones de toneladas de petróleo, con las siguientes procedencias: Arabia Saudí, 31%; Irán, 15 %; Irak, 7,2%; Venezuela, 7%; Dubai, 5,4%; Libia, 8,1%; Rusia, 2,7%; Argelia, 2,3%; Gabón, 2,2%; Nigeria, 2%, y Kuwait, 1,7%, además de porcentajes insignificantes de otros países.

Efectos en la CEE

La Comunidad Económica Europea tendrá que pagar en 1981 unos 6.300 millones de dólares más que en 1980 para hacer frente a la nueva factura del petróleo, según informa Efe.

La cifra corresponde a un alza promedio de dos dólares por barril para un total de 450 millones de toneladas que anualmente adquiere la Comunidad.

En Washington, el Departamento de Estado criticó, la subida y afirmó que «no está justificada económicamente».

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