Renuncia en bloque el Gobierno salvadoreño
El Gobierno salvadoreño ha renunciado en pleno para ofrecer al nuevo presidente, José Napoleón Duarte, la posibilidad de nombrar un equipo de su confianza. El nombramiento del nuevo titular de Defensa se considera decisivo para saber si el nuevo Gabinete está dispuesto a enfrentarse de una vez con la violencia de signo ultraderechista.El ministro de Defensa cesante, coronel García, y el subsecretario, coronel Carranza, han sido señalados repetidamente como máximos representantes del sector de extrema derecha de las fuerzas armadas. Su sustitución fue exigida la pasada semana por los demócratas cristianos como condición para seguir formando parte del Gobierno. En aquella ocasión, el coronel Jaime Abdul Gutiérrez, nuevo vicepresidente y comandante en jefe de las fuerzas armadas, se opuso a una destitución que significara una implicación de ambos coroneles en los crímenes de la extrema derecha.
La renuncia de todo el Gabinete puede ser una oportunidad para que el cese de García no se relacione con tales acciones. La designación del titular de Defensa corresponde, sin embargo, al comandante de las fuerzas armadas y no existen demasiadas razones para pensar que el coronel Gutiérrez vaya a prescindir de sus colaboradores más directos a lo largo del presente año, los hombres que más han trabajado, en definitiva, para desplazar a Majano y encumbrar a Gutiérrez al mando supremo del Ejército.
El nuevo presidente salvadoreño, José Napoleón Duarte, ha invitado a todas las fuerzas políticas del país, incluso a las que están alzadas en armas, a un diálogo que contribuya a resolver el conflicto sin intromisiones exteriores. En esta invitación al diálogo se incluiría una amnistía general. Este ofrecimiento correrá probablemente la misma suerte que otros anteriores,
El Frente de Liberación Nacional (FMNL) ha reiterado siempre que no está dispuesto a negociar con los responsables de miles de crímenes ocurridos este año en el país y no parece que vaya a cambiar en un momento en el que prepara el llamamiento a la insurrección general.
El arzobispo de San Salvador, Arturo Rivera, ha pedido por su parte al nuevo presidenteque cese la represión en el país y se amplíe la seguridad del pueblo, como condiciones para demostrar que existe una voluntad real de pacificación.
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