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Atracador muerto a tiros en una joyería de San Blas

Un atracador muerto, otro herido, de pronóstico reservado, y el dueño del establecimiento con heridas de bala en el cuello, de carácter lleve, es el balance del atraco perpetrado poco antes de las once de la mañana de ayer en la joyería Simancas, situada en la calle de Zaratán, 5, del barrio de Simancas, en el distrito de San Blas. Los atracadores, que habían herido al dueño de la joyería al comenzar éste a gritar, fueron abatidos a tiros por los hijos del propietario, que salieron de la trastienda armados con un rifle del calibre 22 y un revólver del 38.

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Antonio Chamorro Redondo, de veinticuatro años, el mayor de los dos atracadores, resultó muerto en el acto como consecuencia de los disparos. José Antonio González Zafra, de veintiún años, acompañante del fallecido, sufre heridas de pronóstico reservado y fue ingresado en la Ciudad Sanitaria Provincial. Las heridas del dueño del establecimiento, Francisco Izquierdo López, de 65 años, no parecen de gravedad.Según relataron a EL PAIS testigos presenciales (la familia del propietario de la joyería rehusó hacer cualquier tipo de declaración), los delincuentes llegaron a las inmediaciones de la joyería en un automóvil de color azul, dato que no ha podido ser comprobado todavía. En principio se cree que eran tres personas, una de las cuales se quedó al volante del turismo para facilitar la huida, y las otras dos penetraron en la joyería provistas de un revólver cada una. Una vez dentro, amenazaron con sus armas a Francisco Izquierdo, que se hallaba ante el mostrador. Al percatarse de la situación, el joyero comenzó a gritar «¡ladrones, ladrones! », y los delincuentes realizaron un disparo que le alcanzó en el cuello.

A las voces de su padre salieron de la trastienda los dos hijos del dueño, uno con un rifle del calibre 22, y otro con un revólver del 38, y dispararon sobre los atracadores. Uno de ellos cayó fulminado al suelo, y tropezó con la única cliente que se encontraba en el local. Mientras tanto, el joyero herido accionó la alarma. Uno de los disparos de sus hijos atravesó la estructura metálica de la puerta con cierre automático del establecimiento.

Esta puerta, que sólo se abre al accionar un mecanismo desde dentro, fue quizá el obstáculo que impidió la huida de los delincuentes antes de ser tiroteados. Para entrar en la tienda, los atracadores habían tenido que llamar y, una vez dentro, la puerta había quedado cerrada automáticamente. Poco después de accionar el timbre de alarma, se presentaron los efectivos de la policía, que recogieron al atracador muerto y trasladaron al herido a la Ciudad Sanitaria Provincial.

Según informaciones facilitadas por la policía, los dos hijos del joyero están en posesión de licencia de armas. Los primeros datos facilitados indicaban que el fallecido era Pedro José Clemente Quesada, pero éste, al enterarse del suceso, se personó en una comisaría para señalar que él era el dueño del carné de identidad que portaba el atracador.

Este es el segundo atraco sufrido por el establecimiento en los últimos meses. En el primer asalto no se produjeron víctimas, aunque los dueños de la joyería también hicieron frente a los asaltantes. También en una sucursal bancaria situada en la acera de enfrente se produjeron dos atracos en el último año, con un intervalo de siete meses.

Según las opiniones recogidas por EL PAIS, los delincuentes son residentes del barrio de Simancas. La tercera persona que presuntamente se encontraba en el automóvil, huyó al oír los disparos que se habían efectuado en el interior.

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