Un estreno de Montsalvatge en el teatro Real

En el año 1975, Xavier Montsalvatge estrena el Concierto para arpa y orquesta y compone Trece más uno, un concertino dedicado a la Orquesta Catalana de Cámara, compuesta por trece instrumentistas. El uno es su director, González Comellas, que en la partitura de Montsalvatge actúa en virtuosista, mientras la cuerda envuelve su quehacer con atmósferas sonoras o le da sus tentación pon ritmos insistentes.Página clara y atractiva, no sobrepasa idiomáticamente otras inmediatamente anteriores del músico catalán, pero resulta funcional y atractiva gracias, al instinto y el saber hacer de Montsalvatge, Víctor Martín y la Orquesta de Cámara Española ofrecieron una excelente versión que obtuvo un éxito evidente.

Antes, los trompas Francisco Burguera y Miguel Torreg, fueron solistas de un Xoncierto de Telemann, que forma parte, de la Tafelmusik, música de mesa destinada a acompañar los nada austeros banquetes de la época.

Ambos solistas se produjeron con dominio y buen sonido y se vieron asistidos con gracia flexible por la Orquesta Completaron el interesante programa Cinco danzas alemanas, de Schubert, y las Rumanas, de Bela Bartok, pensadas con análogas intenciones, aunque obedientes cada colección a los imperativos de la época respectiva. Las danzas schubertianas son de 1813, las de Bartok, de 1915. En las primeras, lo popular es un sentimiento en las segundas, el resultado de una investigación y el convencimiento de una misión.