Una coacción improcedente

El PNV ha querido responder con sus puntualizaciones a la expectación suscitada por los medios de comunicación trasla creación del Frente para la paz. Después de una piadosa referencia a su solidaridad ante la sangre, la extorsión y el crimen que conmueve Euskadi, los nacionalistas afirman que la violencia y el terrorismo han surgido «de concretas circunstancias políticas». Y si algunos sectores vascos siguen sosteniendo a ETA es porque no ven ni creen en la instauración de una autonomía real. Para el Euskadi Buru Batzar, la «no evolución del concierto económico, el paro, la ruina económica de tantas empresas siguen siendo -entre otros- motivos suficientes para que en este país, y por más comandos que la policía desarticule, siga habiendo jóvenes que se sienten cargados de razón para acusarnos de ingenuos o de farsantes y acudan a vías de acción directa». ( ... )El método seguido por los redactores de este documento para articularlo guarda ciertos parentescos -permítasenos la pedantería- con el tricotómico hegeliano. Tesis: la violencia es el producto de un estatuto vacío, del paró y de la crisis empresarial. Antítesisla UCD, el Gobierno y ciertas «secciones vascas de partidos de extensión estatal» chalanean sin «asumir la complejidad de temas vitales». Síntesis: mientras las cosas estén así, muchos jóvenes «qué se sienten cargados de razón» seguirán matando, sin que el Frente para la paz sea posible.

Dado que cada uno es muy dueño de utilizar a Hegel a su arbitrio, nada tenemos que oponer al método. En cambio, nos parecen decididamente raros los argumentos que se exponen.

21 de noviembre.