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La independencia intelectual de Aranguren, destacada en el homenaje tributado al pensador

Conmemoración de los veinticinco años de cátedra del autor de "Moral y sociedad"

José Luis López Aranguren, 71 años, maestro de numerosos intelectuales españoles, profesor invitado en universidades europeas y americanas, recibió ayer, en la Complutense de Madrid, de la que fue catedrático de Etica y Sociología -actualmente, el profesor Aranguren, a pesar de su vitalidad intelectual, está jubilado por la universidad-, un homenaje de sus ex alumnos y compañeros, en el que participaron filósofos y universitarios que coincidieron en destacar la figura del autor de Moral y sociedad como una de las más destacadas e independientes del pensamiento actual en este país. El acto, con el quese conmemoran los veinticinco años de Aranguren en la citada cátedra, se celebró en el paraninfo de la mencionada universidad madrileña. El Congreso de los Diputados envió una adhesión al agasajo académico.

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Aranguren dijo, al final del acto, que él no era propiamente un filósofo y que no había profundizado en su pensamiento. Aceptó la crítica que sobre su versatilidad le hizo en el transcurso del homenaje el filósofo Javier Muguerza. Acerca de su carácter cambiante, e pensador español dijo que esa era su manera de ser, «un aspeetc esencial de mi temperamento y de mi realidad personal».El profesor Jacobo M uñoz abrio el acto, del que dijo que era puramente académico, «pero sin aca demicismos», e insistió en la pala bra «académico» como expresiói de seriedad frente a la frivolidad y trivialidad de actos semejantes. Manifestó que el profesor Aránguren había preparado para la reflexión filosófica a los más valiosos de los pensadores actuales.

A continuación habló el profesor José María Valverde, quien recordó la influencia ejercida sobre él por el profesor Aranguren. Luego evocó la batalla que se libró cuando tuvieron efecto las oposiciones del profesor Aranguren y cómo toda la reacción española quiso impedir su acceso a la cátedra. «Maestro de la libertad intelectual y del rigor más científico», dijo, «su ética es una demostración de riqueza intelectual. No es de extrañar que los estudiantes encontraran en él un símbolo de la oposición contra una sociedad tiránica», En 1965 fue expulsado de la universidad el profesor Aranguren y, por solidaridad, rentinció a su cátedra el profesor Valverde.

El profesor Emilio Lledó declaró que asistía a este homenaje como historiador de la filosofía, porque Aranguren representa algo que no ha existido en la universidad española: el maestro, que podía darnos lecciones magistrales. Fije maestro porque pensó con sus discípulos, inventó palabras y conceptos, sin limitarse a repetir lecciones académicas. «Crear es recrear el pensamiento».

Luego, el profesor Pedro Cerezo evocó sus relaciones como discípulo del profesor Aranguren. «Su llegada a la universidad», dijo, «constituyó la posibilidad de que ésta sobreviviese. En su cátedra explicaba todas las filosofías del mundo y las obras más significativas de la literatura moderna. Sabía oír las voces más dispares y encontradas. En este sentido, fue un crítico implacable de todas las ortodoxias».

El profesor Víctor Sánchez de Zavala explicó la situación de la universidad en los años del fascismo y la significación de la llegada de Aranguren a «esta universidad medieval».

El profesor Javier Muguerza trazó un perfil de la figura de Aranguren como maestro multifacético, inquietante, versátil, cambiante, se adelantaba a todos sus discípulos en lecturas y sugerencias. Daba un curso sobre Hussert, sobre el marxismo, sin excluir la filosofía analítica, la lingüística y todas las corrientes del pensamiento. « Pensar es trascender», dijo Bloch. En este sentido, la filosofía de Aranguren es la crónica moral de nuestro tiempo, que supera el presente y se orienta hacia el futuro, al reino feliz de la utopía, donde no hay estación final.

A continuación se leyó una carta de Xavier Rubert de Ventós en la que explicaba las influencias que Aranguren había ejercido sobre él y sus luchas comunes por la libertad espiritual en España.

Más tarde, José Hierro contó, con detalles, cómo se había prohibido en la España franquista un homenaje al profesor Aranguren,

La profesora Victoria Camps dijo que no era posible fotografiar ni clasificar a Aranguren, pues era imprevisible, inaprensible, con distintos rostros y figuras. Ello obedecía a su talante desconfiado ante todas las doctrinas y los dogmas. Su filosofía es una lección antidogmática, y su ética nos ayuda a la formación del carácter. Solitario-solidario, como él mismo dijo, su actitud es una síntesis de la teoría y de la acción. Se le podría definir como un taciturno reflexivo y, a la vez, amable y cordial. Su obra íntegra es crítica implacable del presente y construcción del porvenir.

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