La flauta de oro de Jean Pierre Rampal
Después de la soberana intervención con la Orquesta Nacional, había interés por escuchar el recital de Jean Pierre Rampal, acompañado al piano por el barcelonés Angel Soler, dentro del Ciclo de Cámara y Polifonía de la Dirección General de Música.La flauta de Rampal es de oro, físicamente hablando. Pero es de oro en los quilates de su sonido, en el virtuosismo de su técnica, en la largueza de su legato, en la natural y afectiva expresividad. Lo demostró, en grado sumo, en las tres Fantasías para flauta sola, de Telemann, una de las consecuciones más altas del músico alemán.
Ni la Sonata en sol menor, de Bach; ni la Serenata en re mayor, de Beethoven, figuran entre las cimas de uno y otro compositor. Pero como de ellos, dieron ocasión a Rampal (un poco atosigado por el pianista en Bach) de mostrar su entendimiento del barroco y del clasicismo vienés, al que con facilidad puede adscribirse la obra beethoveniana. Basado en el hecho de que la primera edición de la Sonata, de César Franck, indicara que estaba escrita para piano y violín, o flauta o violonchelo, Rampal -como otros flautistas- ha adoptado la obra en su repertorio, si bien ha de reconocerse que, destonada a Ysaye, se trata de una creación pensada para el violín.
Ciclo de Cámara y Polifonía
Flautista: J. Pierre Rampal, Piano: A. Soler. Obras de Bach, Telemann, Beethoven, Franck y Bazzini. Teatro Real, 11 de noviembre
La versión de Rampal y Soler fue muy bella, efusiva y bien construida. Terminó el recital con una fulgurante versión de la Danza de los duendes, del italiano Bazzini (18 18-1897), un bresciano, discípulo y amigo de Gade, Schumann y Mendelssohn, cuya principal difusión se debió a su doble aspecto de compositor e intérprete de cámara. No faltan airecillos mendelssohnianos en el scherzo fantástico, como subtitula el autor La danza de los duendes.