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El nombramiento de Mabel Pérez-Serrano como subdirectora general de la Mujer provoca polémica

Mabel Pérez-Serrano ha sido nombrada subdirectora general de la Mujer, del Ministerio de Cultura, por la directora general de la Juventud y Promoción Sociocultural, Carmela García-Moreno. El nombramiento de Mabel Pérez-Serrano, correligionaria y amiga del ministro de Cultura, Íñigo Cavero, y antigua presidenta de la Asociación de Mujeres Separadas, ha suscitado polémicas entre los funcionarios, según fuentes del Ministerio, porque la nueva subdirectora no es funcionaria ni titulada superior, aunque casi completó la licenciatura en Historia.

La primera mujer que ostentó el cargo, Pilar Yzaguirre, duró escasos meses, y entre sus problemas tuvo el rechazo a una subdirectora general que no provenía del funcionariado. Ante el nuevo nombramiento, algunas de las personas de la subdirección se han planteado la posibilidad de pedir el traslado de puesto.Mabel Pérez-Serrano, que pertenecía desde la creación de la Subdirección General de la Mujer -antes Condición Femenina- al denominado «equipo pensante» de la plana mayor, sustituye a María del Mar Vartaclocha, licenciada en Ciencias Políticas, socióloga del IRYDA poroposición y funcionaria del cuerpo técnico del Instituto Nacional de Asistencia Social (INAS), que ha sido trasladada a la Subdirección General de Estudios del mismo Ministerio.

Aunque el ministro de Cultura niega cualquier relación entre el nombramiento y su amistad con Mabel Pérez-Serrano -cuya hija fue secretaria de Cavero cuando éste ostentaba la cartera de Justicia-, afirma que ha sido una propuesta de Carmela García-Moreno y opina que «el nombramiento como subdirectora general de una persona que no reúne los requisitos exigidos puede ser un mal precedente, pero no es el único caso». Algunos funcionarios han llegado a plantearse la denuncia del nombramiento como ilegal.

Carmela García-Moreno, directora general de la Juventud, afirma no tener noticias de las críticas a la designación de Mabel Pérez-Serrano corno subdirectora de la Mujer, y se pregunta: «¿Qué quieren? ¿Que ponga a una de la Sección Femenina?». Niega que la sustitución de María del Mar Vanaclocha se deba a diferencias de criterio dentro del equipo, aunque reconoce que «hubo dificultades en la comunicación entre el equipo asesor y el administrativo de la Subdirección de la Mujer.

Administración-feministas: diálogo imposible

Las «dificultades en la comunicación» a que alude la directora general se pusieron de manifiesto especialmente antes del verano, en puertas de la conferencia de Copenhague sobre la mujer que organizó las Naciones Unidas. Mabel Pérez-Serrano no mostró, al parecer, gran interés en asistir; María del Mar Vanaclocha estuvo allí como representante de la Administración, y Carmela García-Moreno fue escasos días, a leer un discurso en nombre del Gobierno español. Para entonces se había producido la ruptura entre la Dirección General de la Juventud, que engloba a la Subdirección de la Mujer, y las organizaciones y grupos feministas, que habían aceptado negociar líneas de acción con los citados organismos, a los que se había dado en llamar «el equipo dialogante».La ruptura de estas conversaciones entre la Administración y algunos grupos feministas, principalmente vinculados a partidos de izquierda, aunque también estaban otros, como la Asociación de Mujeres Separadas y las amas de casa, se produjo cuando la dirección general les convocó para redactar un documento que representara al mayor número posible de mujeres españolas en la conferencia de Copenhague, según cuenta Rosa Pardo, del Movimiento Democrático de Mujeres. «Posteriormente, el documento lo redactaron sólo las representantes del Ministerio y nos negaron la posibilidad de estar presentes en la delegación española, aunque casi todos los Gobiernos incluyeron feministas», afirma Ana María Pérez del Campo, presidenta de la Asociación de Mujeres Separadas.

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El «equipo dialogante» nunca tuvo mucha confianza en los resultados de sus conversaciones con la Administración sobre los problemas de la mujer -«con el primer director general, José Manuel García Margallo, pudimos dialogar algo; con Margarita España las cosas cambiaron, y Carmela García-Moreno ha terminado de dar el cerrojazo», dice Paloma González, de la Unión para la Liberación de la Mujer, pero fue en marzo de 1979 cuando, según sus representantes, vieron que nada iba más allá de las buenas palabras. «Se negaron a firmar un documento que defendía el divorcio por mutuo consenso», dicen las representantes del «equipo dialogante», «cuando habíamos decidido sacarlo conjuntamente. Carmela García-Moreno dijo que ella representaba a un electorado ante el que no podía firmar una cosa así, y Mabel Pérez-Serrano, la actual subdirectora general de la Mujer, se dedicó a loarnos el proyecto de divorcio de Cavero. Incluso intentó poner a favor de este proyecto a la Asociación de Mujeres Separadas, que suscribía el mutuo consenso como causa de divorcio», afirman. El debate terminó con la salida definitiva de Pérez-Serrano de la Asociación de Mujeres Separadas, que en otro tiempo había presidido. Y las discusiones constan en sus actas.

Los grupos de mujeres consultados sobre el cambio en la Subdirección General de la Mujer dudan de que se vaya a potenciar ésta, como ha prometido Carmela García-Moreno, y algunos se extrañan de la sustitución de su titular. Es el caso de Pilar Díaz-Plaja, presidenta de la Confederación de Mujeres Empresarias, quien opina que «en un sitio con conflictos tan diversos iba muy bien una persona tan excepcional, ecuánime y ponderada como María del Mar, que atendió a todos los grupos de distinto signo», y añade: «Espero que Mabel dé igual resultado, porque es inteligente y eficaz».

Lo importante, el equipo

El talante «negociador y democrático» de la subdirectora saliente lo señalan también los grupos de la izquierda, aunque las mujeres del «equipo dialogante» piensen que «lo importante en ese puesto no es la persona, sino el equipo». Begoña San José, de Comisiones Obreras, califica a la subdirección como «el órgano que ha estado más abierto a las entidades no gubernarrientales, pero también el más inoperante».Las subdirectoras saliente y entrante eludieron analizar los problemas de la Subdirección de la Mujer. María del Mar Vanaciocha se limitó a decir, sobre las disparidades de criterios en el citado organismo, que «al trabajar en equipo siempre hay divergencias, pero la política, a última hora, la decide la directora general».

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