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Reportaje:

Clausura de la Feria Internacional de Arte de París

Participaron 141 galerías de quince países

Se clausuró esta semana en París la Feria internacional de Arte Contemporáneo (FIAC), cuyas estrellas fueron, entre otras, los pintores Schwisters y Mondrian, y en la que hubo también una notable recuperación la del artista español Joan González, hermano de Julio, cuya categoría internacional oscureció el nombre y el arte del otro componente de su familia. La recuperación de Joan González, así como la presencia de obras de Joan Pong, ha sido lo más destacable de este inmenso supermercado del arte, alimentado por 141 galerías de quince países. Es la séptima edición de la feria, que ha llegado a su madurez; una muestra de ello es que en su semana de duración acudieron a verla unas 100.000 personas.

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Rescatar del olvido a Joan González

El aspecto más interesante a nivel general, de la edición de este año de la Fiac ha sido su capacidad para estar atenta a las diversas tendencias que figuran en la actualidad del arte contemporáneo. Ello no excluye la conciencia de sus varios defectos, derivados en parte por el masivo carácter comercial que tiene esta muestra. Por otra parte, lo que demuestra la Fiac es la voluntad francesa de volver a ser el epicentro de las conductas estéticas de Europa y del mundo.París intenta volver a ser, si no el epicentro del arte mundial, uno de los centros que cuentan como vitrina de las artes plásticas. Asi lo entiende el propio presidente de la República, Valéry Giscard d'Estaing, que, este año, se encargó de inaugurar la feria.

Tras los balbuceos de los primeros años, la FIAC se ha convertido en una brillante realidad que permite contemplar una especie de fotografía, o de instantánea, de la situación artística en el mundo bajo el prisma económico del arte.

Un preludio del Guernica

A pesar de la libertad total de la que gozan las galerías invitadas, la FIAC 80 ha conseguido ofrecer una muestra, de calidad, de todas las tendencias artísticas del siglo XX. Ello permite no sólo contemplar, o comprar, obras de arte de pintores que han significado mucho en su tiempo, sino descubrir a veces cuadros o conjuntos de cuadros que nunca habían sido vistos. El caso más destacable lo constituyen algunas obras de Picasso, nunca expuestas, que le han correspondido a uno de sus herederos, Marina. Algunas de sus primeras esculturas y el dibujo, de 1934, que preludió artísticamente el Guernica, han suscitado comentarios de la crítica más relevante.Toda la pintura que ha contado a lo largo de este siglo se encuentra en Le Grand Palais, y esta vez, además, la FIAC no podrá ser acusada de ser un escaparate de las antigüedades del arte moderno, ya que cerca de dos docenas; de galerías exponen únicamente pintura joven. En este dominio, algunos expertos quieren creer que se configura una cierta tendencia realista. Juana Mordó dice: « Hay bastante realismo, es cierto, pero eso no le quita valor al pasado. Y, en este sentido, conviene decir que el realismo español se manifiesta aquí más profundo, más poético que ningún otro».

Lo que se hace, lo que se verde

El presidente de la FIAC, Daniel Gervis, no cree que actualmente se configure una tendencia realista ni concede mucha significación a la vanguardia: «El arte verdadero es intemporal y nada pertenece a nadie». El más filosófico sobre el particular es José Abad, escultor español, expuesto por la Galleria del Naviglio, italiana: «Hablando de tendencias, habría que preguntarse si esto que se ve aquí es lo que se está haciendo o es lo que se vende».Para el visitante, la FIAC es una exposición inmensa, o un museo, o un salón de las artes plásticas, pero en el origen es una feria que en estos momentos también es examinada a la luz de la crisis internacional. A medida que la inflación aumenta parece ser que el mercado artístico se refuerza. El presidente, Gervis, estima que «la crisis económica se nota, pero menos que el año pasado, y eso ocurre porque la profesión se ha organizado, es decir, cuenta con la situación de crisis económica para establecer las normas de su mercado».

Según refirió el presidente de la feria, Gervis, «la presencia preponderante en la Fiac es la española, al lado de la japonesa». Esta apreciación, por él expuesta, fue emitida en su presencia por un grupo de marchantes extranjeros. Además de Juana Mordó, que sólo abrirse la exposición vendió los tres cuadros que exponía de Carmen Lafont, concurrieron otras galerías del Estado español: Art Labor, Carmen Bores, Tom Maddock, Mun, Joan Prats y Trece.

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