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Reportaje:

El industrial José Garavilla fue liberado en la madrugada del domingo

Intensas negociaciones en el País Vasco francés, en las que al parecer participaron cualificados representantes del sector más independentista del Partido Nacionalista Vasco (PNV), y la celebración, el pasado sábado en Bermeo, de una manifestación en la que la mayor parte de sus empleados pidieron su liberación han podido acelerar el final del secuestro de José Garavilla director gerente de la conservera del mismo nombre. Secuestrado el pasado miércoles por un comando de ETA Militar fue puesto en libertad en perfecto estado de salud, en la madrugada del domingo, en Abadiano (Vizcaya).

Acaso lo que más ha sorprendido en la historia de este secuestro ha sido el escaso margen de tiempo transcurrido desde que ETAm reivindicó el secuestro, el viernes, y su liberación, día y medio después. Habían transcurrido algo más de doce horas desde que alrededor- de 2.000 personas, entre ellas una parte importante de sus empleados, recorrieran las calles de Bermeo gritando «Garavilla, askatu» («Garavilla, libre»), y un día desde que el PNV lanzara un duro comunicado contra los secuestradores y sus métodos.Desde el primer momento extrañó este secuestro por la propia personalidad de José Garavilla, que cuenta con simpatías en Bermeo; es respetado por sus empleados (no había conflictos laborales en la fábrica), no había recibido amenazas personales (aunque, al parecer, sí su familia) y además es simpatizante del Partido Nacionalista Vasco, circunstancias, todas ellas poco habituales en las personas motivo de secuestro por parte de las dos ramas de ETA.

El viernes llegaría la confirmación de que la acción era obra de ETA Militar, que introducía en sus prácticas la novedad del «arresto» por no hacer efectivo el denominado «impuesto revolucionario». Para entonces, sin embargo, la familia ya conocía la paternidad del secuestro. Personas cercanas a la misma confirmaron que, horas después del secuestro, portavoces de ETAm se pusieron en comunicación con la familia para reivindicarlo y preguntar la marca del medicamento que diariamente utilizaba José Garavilla para la diabetes.

Pidieron 200 millones

Las mismas fuentes informaron a diversos medios que vecinos de Bermeo, fundamentalmente bien relacionados con la colonia de refugiados vascos, pasaron el jueves al País Vasco francés para confirmar la llamada. A su regreso indicaron que ETAm se hacía responsable del «arresto», motivado por el impago del «impuesto revolucionario» y exigía una cifra, al parecer doscientos millones, para su liberación.Antes de que ETAm hiciera pública la reivindicación del secuestro se había iniciado ya la negociación en el País Vasco francés. Por parte de José GaraviIla, además de alaún miembro cercano a la familia, asistían personas muy ligadas al «sector Ormaza», ala independentista del PNV, que tiene su núcleo básico en Bermeo.

La celebración el sábado en Bermeo de la manifestación en favor de la liberación de José Garavilla podría haber dado un giro a la negociación. Se tiene la impresión de que los secuestradores se vieron sorprendidos por este apoyo popular de trabajadores al secuestrado, que en buey na lógica podría volvérseles en contra, convirtiéndose en un elemento de impopularidad.Se ha sabido que seis horas después de la celebración de la manifestación se llegaba a un acuerdo en la negociación, que personas que participaron en ella clasifican de «muy dura». Parece que en la misma habría jugado un papel importante la personalidad de los negociadores peneuvistas de Bermeo. No obstante, se cree. que algún tipo de rescate se ha pagado, aunque podría haberse aplazado el pago de lo acordado.

Una bien planificada estrategia familiar ha impedido a los medios de comunicación acercarse a José Garavilla, que, al parecer, horas después de su liberación salía con destino a la costa mediterránea para pasar unos días de descanso. Por personas de la familia se ha sabido que el secuestrado fue conducido con los ojos tapados por unas gafas de soldadura hasta las inmediaciones de Abadiano (Vizcaya), donde fue puesto en libertad.

Siguiendo, al parecer, instrucción de los secuestradores, una vez en libertad esperó un tiempo prudencial y posteriormente telefoneó a su hermana para darle la noticia de su liberación. Aunque llamó por teléfono a otros familiares, aquélla fue la encargada de informar a la Guardia Civil.

Trato correcto

Siempre según las mismas fuentes, José Garavilla manifestó que los secuestradores le habían tratado correctamente en todo momento, que no sintió verdadero peligro de muerte y que durante prácticamente todo el cautiverio lo pasó en un amplio local, con todos los elementos suficientes como para soportar un largo secuestro. No pudo dar ningún detalle más, aunque, al parecer, señaló que no tenía impresión de haber salido del País Vasco.Indicó también que en el local había una argolla; que los secuestradores le dijeron que si no trataba de escapar no la utilizarían para atarle. Según los escasos detalles facilitados a su familia por José Garavilla, los secuestradores, horas antes de su liberación, en la noche del sábado, le facilitaron, tras la cena, una maquinilla para que se afeitase y le dijeron que le iban a poner en libertad «luego».

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