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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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La RASD, España, los pescadores

La detención por las autoridades de la RASD de casi cuarenta compatriotas ha generado una legítima preocupación en España por su liberación. Ese sincero deseo de ver regresar a sus hogares a unos pescadores inocentes pretende utilizarse por parte del Gobierno español introduciendo una ceremonia de confusión, en la que se habla de secuestros, chantajes, campos de concentración...Sin embargo, los pueblos de España conocen perfectamente lo que ha ocurrido en el Sahara, quién lo ha vendido, quiénes colaboran con Hassan II, quienes siguen mandando a los barcos a quebrantar la soberanía saharaui. Los pueblos de España, a pesar de cierta desinformación, no van a caer en la trampa que intenta el lenguaje oficial. Veamos el alcance de la terminología -que emplea la Oficina de Información Diplomática, con tres ejemplos:

¿Cómo hablar de secuestro para los casos del Garmómar, Sarita y C. de Terranova? ¿cómo hacerlo para el Cabo Juby II, de pabellón marroquí, aunque con un tripulante español? Las fuerzas armadas saharauis han actuado con suma delicadeza, dentro de su jurisdicción, procediendo a detener a unos pescadores que carecían de licencias; es más: que exhibían autorizaciones del pais en guerra con la RASD, el Reino de Marruecos. No cabe, por tanto, escribir «secuestro,», sino «saqueo». Y se ha saqueado a un pueblo con el que España tiene unas responsabilidades muy concretas, como antigua potencia administradora.

Chantaje

¿Quién ha chantajeado en el Sahara occidental? ¿Qué han pedido los saharauis a cambio de la libertad de esos compatriotas nuestros? Que yo sepa, absolutamente nada. Ahí están las declaraciones de Bachir M. Sayed, alegando que simplemente esperan un compromiso de que España no viole sus aguas, respete su soberanía y sus riquezas y haga innecesarios nuevos apresamientos de buques indocumentados. El chantaje ha venido tristemente de la parte española en las amenazas proferidas por nuestro embajador en Argel.

Por mi parte, fui testigo excepcional de la liberación de los primeros pescadores en 1977. Los saharauis nada exigieron por ese gesto unilateral hacia el pueblo español. Se limitaron a saludar a los que dentro de España avalan su justa causa. Estaba implícito que en el Sahara occidental únicamente se faena legalmente con la firma de un tratado pesquero hispano- saharaui. El Gobierno español se empecinó en su postura y ocurrió lo de Las Palomas. Fue más larga la espera y, dé nuevo, los saharauis, en un rasgoque les honra, liberaron generosamente a sus apresados. Luego se ha seguido alentando el saqueo sin pactar una contraprestación. ¿Quién chantajea a quién?Campos de concentraciónEs este un término nuevo que el Gobierno español ha introducido por sorpresa en una de las reuniones del Pacto Andino. Campos de concentraci in... Muchos'españoles recuerdan con pavor los campos de concentración que hubo en nuestro país, o en el sur de Francia, o en la Alemania nazi. Algunos miembros del Pacto Andino, como Bolivia, conocen también su significado. Pero ¿qué quiere decir «campos de concentración» ap ¡cado al Sahara occidental? Hay, efectivamente, «campos... de refugiados» en los que se desarrolla la vida sencilla yheroica de un pueblo. Esos campos, en los que fueron recibidos los representantes de UCD en más de una ocasión, están ahí por la exclusiv i responsabilidad de un Gobierno español que entregó El Aaiún y otras ciudades al Ejército marroquí, colaborando en el ¡intento de ge nocidio. Pues bien- en esos «campos», los pescadores españoles comparten la xcomida saharaui», «juegan al fútbol con los saharauis», «comprenden las razones saharauis», como dicen en sus cartas, «esperando que Adolfo Suárez se ocupe de ellos¡>,y no de complacer a Marruecos. Y si el testimonio de unas personas detenidas en estos momentos no bastase, ahí están todavía los de pescadores liberados en ocasiones anteriores, españoles y portugueses, que siguen soste:a niendo la bondad de trato recibido. Cuestión que no es deextrañar, pues la RASD es el estado de guerra que mejor acoge a sus prisioneros, las más de las veces calificados de «huespedes».

En fin, son tres muestras, entre muchas, de la inversión de terminología que la diplomacia española debería adoptar con el Sahara occidental. Estos consejos, desde una modesta, aunque activa, asociación de solidaridad, quizá parezcan pretenciosos a los Suárez, Robles Piquer, José Luis Alvarez... No obstante, deberían meditar acerca de que su imprudencia, diplomática, su falta de consecuencia con el derecho de libre determinación de los pueblos, son la causa de que unos pescadores estén detenidos. Es encomiable que el Polisario humanice al máximo su situación y llegue pronto la liberación, pero, con la misma urgencia, España ha de pactar la pesca con ese único interlocutor legitimado para ceder sus riquezas.

Antonio Masip es presidente de la asociación Amigos del Sahara.

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