Campaña en León contra el uso de hormonas para engorde del ganado
Más del 70% de la carne de vacuno que se produce en la provincia de León está tratada con «finalizadores» o drogas para conseguir un aumento artificial de peso en los animales, según declaraciones de representantes del gremio de carniceros, que, junto con la Asociación Provincial de Amas de Casa, iniciará en los próximos días una campaña contra la utilización de estos productos.
De acuerdo con estas, declaraciones, publicadas ayer en la Prensa local de León, el 70% de la carne de añojos y el ciento por ciento de la ternera contiene un elevado porcentaje de agua y sustancias líquidas que el ganado retiene en los cuarenta días previos a su sacrificio, tras haber sido tratado con determinadas drogas que producen en ese período un rápido engorde y posteriormente la muerte por desmineralización o descalcificación.Los carniceros señalan que el uso de estos productos por parte de los ganaderos ha provocado una disminución en la venta de carne de vacuno del orden del 35%, cuya demanda se desvía hacia otros tipos de alimentos, coincidiendo con la cada vez más frecuente publicación de noticias sobre posibles riesgos para la salud de los consumidores.
Según los carniceros, el fraude al consumidor solamente en la carne de añojo debe estimarse en unas 14.000 toneladas anuales «de agua y grasa inútil». De acuerdo con estadísticas referidas a 1973, destacándose que el uso y comercio de «finalizadores» está prohibido tajantemente en toda Europa occidental, a excepción de España, Italia e Irlanda.
La campaña contra el uso de estos productos tendrá carácter nacional, esperándose que participen en ella algo más de la mitad de los establecimientos comerciales, según los procentajes recogidos en la provincia de León. En ella se incluye la negativa a comercializar cualquier tipo de carne tratada con finalizadores, advirtiéndose, mediante publicidad dirigida al consumidor, sobre las «diferencias entre una y otra clase de carne: «Sólo las escasas y caras terneras de leche proporcionan carne blanca y natural», «la casi totalidad de la carne vacuna que se consume en España procede de reses mayores de un año (añojos), por lo que su coloración natural debe ser roja».
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